Eustaquio Gaspar, el jóven minero salteño que a mediados de
los 60 liderara el alzamiento de los Socavones de la Mina Don Otto, del
complejo Fabril Tonco, hoy jubilado, y a sus 69 años, fue homenajeado, por el
Centro de Jubilados y Pensionados de la ATE salteña quien le hizo entrega de la
medalla en reconocimiento a su 50 años de afiliado a la ATE.
El homenaje se llevó a cabo en el camping de ATE en ocasión
de la fiesta del día de la madre y con la presencia del secretario general del
CDP, Juan “Puma” Arrroyo, y el escritor revisionista del gremio Daniel Parcero,
quien rescatara, en el volumen 4 de la Historia de la ATE, aquella gesta
reivindicativa y consiguió ubicar al único sobreviviente de aquellas minas de
uranio que producían 10 mil toneladas anuales durante Gobierno del Presidente
Illia.
Gaspar había llegado a los 14 años en 1959 como personal de
cocina y luego se incorporó al plantel minero un año más tarde, siendo víctima
de las inhumana precarización laboral. Trabajo en negro, esclavo e inseguro,
fueron las razones por las que hoy queda como único testimonio viviente de casi
doscientos compañeros, que un día se decidieran por realizar un piquete contra
las injusticias padecidas, desafiando las amenazas de despidos impartidas por
los directivos de la mina afiliados a UPCN.
“Eramos pobres pero no tontos. Teníamos a favor saber de
la inversión del emprendimiento, la rentabilidad de la producción, que preparar
mineros que hagan nuestro trabajo insumiría tiempo y costos extras, además de
tener que mantener salarios caídos del personal jerarquico. Así que
tomamos el carro de agua y a pié nos trasladamos 180 kilómetros hasta
llegar al pueblo, donde se fue sumando la población y nos dirigimos al playón
de nuestro sindicato, donde el secretario general salió a ponerse al frente de
nuestros reclamos” recordó durante el homenaje el compañero Gaspar.
Las fotos de aquella histórica jornada recorrieron el país e
ilustran las paredes del CDP y del CJP de ATE Salta, y llamaron la atención de
nuestro investigador -quien también las había observado en otras provincias sin
que pudieran precisarle el lugar, el año, y quienes fueran los protagonistas de
la pueblada-. A través de la colaboración del compañero Gabino Díaz,
presidente del centro de jubilados, y del ex secretario administrativo de la
seccional, Silvestre Orellana, y un rastrillaje que se prolongara por un año en
2014, se pudo hallar a Eustaquio Gaspar, quien no dejó de asombrarse por el
interés puesto por ATE en recuperar la memoria que lo involucra de manera
directa, 50 años después.
Su testimonio fue reflejado en el volumen 4 de la Historia
de la ATE que abarca el periodo 1955-1966, y que fuera editado en 2015. Y en él
Eustaquio destaca “Una Nación puede hacer lo que quiera con su
producción, y más nosotros que podíamos ser una potencia mundial con la
extracción de uranio. Pero los gobiernos fueron débiles y aceptaron las
presiones”
Parcero continuó indagando sobre el suceso que finalmente
desembocara en el desmantelamiento del complejo en los años 80, y hasta dio con
el cronista encargado de cubrir aquella gesta -al que en las
fotos a que hacemos referencia, se ve sentado sobre un escalón a la
izquierda del playón-. Se trata del periodista e historiador revisionista
salteño Gregorio Caro Figueroa, a quien -junto al compañero Orellana- visitaron
en su Biblioteca privada en la localidad de Cerrillos, que alberga 43.000
volúmenes además de folletos, publicaciones , banco de imágenes, , donde
pudieron informarse sobre las repercusiones que tuviera aquella
movilización de los mineros, y que entonces se tradujera en una pulseada ganada
a favor de los trabajadores.
En el homenaje a Eustaquio, el secretario general de la ATE
Salta, Juan Arroyo, destacó la actitud militante del compañero minero jubilado,
y de sus pares “porque ATE somos todos, y no solo los que hoy estamos”. Parcero
hizo lo propio al señalar “El corazón de la Patria es el Estado,
y Eustaquio es el mejor ejemplo salteño que lo hiciera latir en los años 60,
desde la profundidad de los socavones de uranio”.
Por su parte Gaspar, emocionado, hizo referencia al
lamentable desenlace que “contra voluntad de los mineros llevó al
desmantelamiento del complejo uranífero y la pérdida adelantada de tantas vidas
por la desidia de un Estado ausente”.
La medalla en reconocimiento le fue entregada a Gaspar por Arroyo
y la secretaria administrativa del Centro de Jubilados, Silvia Susana Choque,
en representación del compañero Gabino -ausente por enfermedad-, en tanto
Parcero le hizo entrega de un ejemplar del libro en que ATE rescata la rebelión
de los mineros.
Finalmente el centenar de compañeras y compañeros presentes
compartieron un almuerzo y una inolvidable tarde de baile, quedando Eustaquio
integrado definitivamente al Centro de Jubilados de nuestra ATE salteña.