– ¿Por qué apoya esta ley?
– Porque es una ley creativa, una ley que reúne viejas aspiraciones que tenemos los periodistas.
Los empresarios no han tenido demasiado interés en debatirla porque ellos a la libertad de prensa la entienden como libertad de las empresas y en ese sentido negocian de vez en cuando, se pelean, se arreglan, se amigan pero no debaten democráticamente.
Los periodistas somos rehenes de lo que sucede, por lo tanto queremos tener la posibilidad
de que si decimos algo en un medio que no les gusta y nos echan, tengamos otros patrones que nos puedan convocar o donde nosotros pedir trabajo.
Yo creo que la diversidad que ofrece la ley es magnífica, hay una enorme posibilidad de trabajo para jóvenes que de otra manera nunca van a tener su entrada en los medios.
Me refiero a conglomerados o multimedios donde le sacan mucho jugo al periodista porque
lo hacen trabajar en dos, tres o cuatro de sus medios y les pagan un poco por cada uno.
El periodista está contento porque finalmente reúne un sueldo interesante pero le están robando en los cuatro trabajos que tiene.
Me importa muchísimo, además, porque es una ley antimonopólica que en nuestra actividad
es fundamental porque yo los he conocido, los he padecido, los he denunciado durante todos estos años. Me tocó vivir las actitudes absolutamente mafiosas de los que, parapetados detrás de lo que llaman la libertad de prensa, han robado y saqueado el fútbol sin que nadie se les anime.
Me parece que toda esta apertura es decisiva para que yo, que he sido un buen lector de la
ley, esté contento con ella y esperando que cuando esta entrevista sea publicada hablemos
de una ley que se ha votado y no de un proyecto como en este momento.
– Se trata también de cambiar una ley de la dictadura después de 26 años de democracia.
– Exacto. Esta ley es valiosísima para nuestros afanes democráticos. La pluralidad, la diversidad es exactamente lo que en la vida democrática nos permite disfrutar de eso que llamamos libertad. El problema es que las sucesivas modificaciones fueron empeorando la ley y permitieron que se ampliara la concentración de los medios abriéndole las puertas a aspectos que la ley correctamente tenía cerrados.
Yo recuerdo muy bien cuando empezaron a hacerse las enmiendas que permitieron que se diera la concentración de medios. A mi me pareció una especie de traición a la democracia, a los que queríamos una nueva ley que cambiase la de la dictadura.
– ¿Qué cambios notará el televidente, el oyente de radio con esta ley?
– Para el televidente y para el radioescucha esta ley significará que habrá mayor diversidad de opiniones, de voces. Que haya más patrones, más empresas dará más trabajo a los jóvenes periodistas. Hoy, un periodista iniciado que quiere opinar, no lo puede hacer. Tiene que seguir el ritmo que le marca la empresa porque una desobediencia puede determinar que quede sin trabajo. Y el temor es muy paralizante, el temor a perder el trabajo de un periodista es algo que nos afecta a todos porque es el periodista el que tiene acceso a la información.
– ¿Es importante la apertura de licencias a las organizaciones sociales sin fines de lucro? ¿Cree que necesitarán apoyo?
– Es una gran posibilidad para que haya oportunidades para sindicatos, para organizaciones
no gubernamentales. Organizaciones que tienen que estar mendigando muchas veces en los medios de comunicación para que le lleven el apunte, para poder divulgar todo lo bueno que hacen.
Con respeto al apoyo creo que cada una tiene que saber con que ingenio, con que capacidad o con que medios va a llevar adelante su trabajo.
Tal vez no sean emisoras que tengan 50 empleados o que paguen grandes sueldos pero conozco muchos jóvenes periodistas, que día a día me vienen a traer su currículum, que van a estar encantados de trabajar en esas emisoras. Me refiero a muchachos que hoy no tienen laburo y en la medida que no cambie esta ley, difícilmente lo consigan.
– ¿Qué expectativas tiene mientras se está discutiendo esta ley en el Senado?
– Favorable, como un partido que vos ves que se puede ganar, no como uno ya ganado.
Cuando uno escucha a los operadores, a los políticos y a los medios que envuelven a los
políticos, te das cuenta de que son un rival muy respetable, muy perverso porque la capacidad que tienen para mentir, para dibujar algo, es ilimitada. El ingenio que han tenido
para ir buscando las excusas que les permitieran hablar en contra de la ley siempre, sistemáticamente, es propio de gente que por lo menos de lo perverso sabe mucho.
– ¿Y le preocupa que esta ley tenga algunos márgenes como para que sigan con esas trampas, como para que le encuentren la vuelta ?
– Tengo la esperanza de que no. Yo no encontré algo que me permitiese en la lectura decir “aquí hay gato encerrado”. Yo no encontré ningún gato encerrado, ni siquiera antes de los cambios. Yo no veía que las telefónicas tuvieran abiertas las puertas para que cambiásemos el monopolio de Clarín por el de Telefónica o Telecom. De todas maneras me pareció que hizo muy bien la Presidenta al decir “si ese es el problema, lo sacamos”. Fue para darle credibilidad, porque la ley necesitaba en ese momento credibilidad frente a una acusación tan seria.
Ahora insisten con acusaciones menores, zapatean por el articulo 161, con la autoridad de aplicación pero lo que en realidad están diciendo es que no le quiten lo que le quieren quitar a Clarín, al diario UNO, etc.
– ¿El apoyo a esta ley le va a traer nuevos enemigos o son los mismos de siempre?
– A mi no me preocupa nada en este momento que no sea estar de acuerdo con mi
vida, con mi corazón, con mi conciencia, por llamarle de alguna manera. No me importa ni
perder audiencia ni ganar enemigos porque cuando se ganan enemigos, seguramente también se ganas algunos otros amigos. Y te voy a decir una cosa, entre la gente que yo me doy cuenta que está enojada conmigo porque estoy a favor de la Ley y la gente que me ha levantado el pulgar, no se porqué, de olfato, de piel, yo elijo a la gente que me levanta el pulgar.
– ¿Y si no sale la ley?
– Va a ser una frustración personal que no Es una gran posibilidad para que haya oportunidades para sindicatos, para organizaciones no gubernamentales.
Organizaciones que tienen que estar mendigando muchas veces en los medios de comunicación para que le lleven el apunte, para poder divulgar todo lo bueno que hacen.
A los 15 ganó un concurso como locutor y su voz se escuchó mediante una propaladora
en las doce esquinas más importantes de su ciudad natal anunciando bailes y remates.
A partir de ahi trabajó en Radio Colonia, en Telenoche 4 y fue jefe de deportes de Radio
Ariel y Radio Oriental en Montevideo hasta finales de los 70.
La dictadura militar uruguaya, tras sus críticas a la dirigencia futbolística, le prohibió ejercer el periodismo y llegó a tenerlo 20 días detenido. Así fue que aceptó la invitación de Fernando Niembro y Adrián Paenza para sumarse a Sport 80 de Radio Mitre donde relató su primer partido en Argentina.
Su carrera en nuestro país continuó en Radio El Mundo y Radio Argentina hasta que en
1987 ingresa a Continental donde aun hoy desarrolla su actividad periodística con “La
Mañana de Víctor Hugo” y “Competencia”.
Es reconocido como el relator deportivo por excelencia de habla hispana por su voz incomparable, su dicción y su talento inagotable para registrar frases y párrafos inolvidables:
desde el “tatata” hasta el “barrilete cósmico” que le regaló a Maradona durante el 2º gol a los ingleses.
En agosto del 2002 denuncia en el Senado de la Nación los negociados de los derechos
de televización de la Selección nacional promoviendo la trasmisión en directo y por
televisión abierta de esos partidos.
Las empresas Telefónica y Continental lo despidieron en octubre de ese mismo año por defender los intereses de los aficionados contra los negocios del fútbol y fue reincorporado
por presión de sus oyentes. Celebró la ruptura del contrato con T y C Sports y defendió
en el Congreso las ventajas de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.