En su exposición el
cro. Flavio Vergara, quién está a cargo del tema, realizó una descripción sobre
el número de trabajadores que conformar los distintos organismos en que se estructura
el Estado. Los datos presentados muestran el mapa de trabajadores de planta y
contratados sobre la base 2014, aclarando que ella no incluye datos sobre otros
precarizados (becarios o convenios, por ejemplo) porque “estos son datos
ocultos sobre los que los organismos no informan”.
Un punto que Vergara dio
a conocer es sobre la distribución de los trabajadores nacionales en el país:
78.000, es decir un 60%, están en el área capitalina, 18% en Pcia. de Buenos
Aires, 4% en Córdoba y algo más del 2% en Santa Fe: el resto distribuidos en las
otras provincia.
En los gráficos que
sirven a la muestra uno de los ítems presenta cuál es la cantidad total de
trabajadores de los organismos nacionales y los porcentajes de representación
que tiene ATE.
Otro gráfico incluye el
tema salarios y aquí un punto central es la distancia existente entre un trabajador
con salario inicial y salario máximo. Para la ATE, explica Vergara “la
diferencia entre uno y otro debería ser 1 a 5 pero hay organismos donde esta
relación se estira hasta 14”.
El tema siguiente fue
sobre comisiones paritarias y la estabilidad laboral. Sobre esta última señaló
que el presupuesto 2016 tiene en carpeta cubrir 14.000 vacantes aunque, aclaró “los cupos son discrecionales”.
La moderadora de este
encuentro Mónica Delía volvió a remarcar que “la reunión intenta dar un salto
en la estrategia política de ATE”. Delía dio lugar a los compañeros
participantes para que expresen sus necesidades respecto a lo que será el
trabajo entre el sector y el CDN que tendrá a su cargo como ya se informara las
negociaciones colectivas de los trabajadores del Estado Nacional.
En el cierre de este primer
tramo la Secretaria de Formación, María Teresa Romero, dio algunas matices
sobre lo que han sido las políticas de gobierno en distintos sectores: “Hubo
prioridad para el PAMI y el Anses por sus propias necesidades políticas”; “al
exterior se presentó como de gran avance las políticas laborales desarrolladas por
los CCT aunque en la práctica su
funcionamiento no ha tenido la optimización que se pregonaba”; “la correlación
de fuerzas en la discusión sectorial no ha favorecido a la ATE” y en este marco
señaló que “tenemos necesidad de conformar una unidad de negociación con
quienes tengan un criterio similar al nuestro porque ya lo hemos vivido la
patronal luego arregla con quiénes son oficialistas”.
Estas dos últimas
frases de Romero sintetizan lo visto en un gráfico que presentó Vergara sobre
la cantidad de gremios que intervienen en las distintas negociaciones
colectivas, la mayoría de ellos vinculados a la CGT y de marcado corte pro
gobiernos.
También anunció Romero
que para la segunda quincena de febrero se convocará a las áreas de formación de
los distintos CDP y seccionales.
El
Estado Oculto
Pablo Spataro, fue el encargado de
hablar del 4º Eje de la Jornada de Trabajadores Nacionales: El Estado Oculto.
Sobre este Estado Oculto el dirigente explicó
que “se caracteriza principalmente por la precarización y tercerización laboral”.
El origen de esta modalidad contractual
se gesta en el contexto regional latinoamericano de los años ’90, en el que se
buscó achicar las dimensiones del Estado para permitir que la liberación de los
mercados rigiera las políticas económicas. En Argentina, señaló Spataro, “esto
se instrumentó con la primera y segunda reformas del Estado y con la firma del
Convenio Colectivo de Trabajo 66-99”.
Aquí se plantea que Estado Oculto opera
en tres dimensiones: las empresas tercerizadas (limpieza/mantenimiento,
seguridad, servicios de gastronomía); Fundaciones (creadas y financiadas por
los propios organismos del Estado); y por Convenios con Universidades (UBA, UTN,
UNLP, etc.) y/u Organismos Internacionales (BID, PNUD, Banco Mundial).
En relación a las problemáticas de
las Empresas tercerizadas, Spataro señaló que “no se conoce exactamente la
cantidad de empresas de este tipo existentes, ni tampoco la cantidad de
trabajadores que ejercen funciones dentro de las mismas”.
La mayor complejidad de estas
empresas radica en que es muy difícil determinar cuáles son los vínculos que
las empresas tercerizadas tienen entre sí o con funcionarios o sindicatos.
Esto, según señaló Spataro, “tiene consecuencias directas en las condiciones
laborales, como magras condiciones de medioambiente de trabajo o pérdida de
derechos y de salario; pero además impide la organización gremial, ya que crea
fronteras entre los trabajadores, que son encuadrados en distintos convenios”. En
materia salarial un trabajador de empresa terceriza cobra en promedio 7.000
pesos mensuales.
Un buen ejemplo para entender cómo funciona
la multiplicidad contractual en el Estado es la CNEA. Con una planta total de 3.830
trabajadores, 2.950 (el 77%) son parte del estado visible: 2.150 de planta
permanente y 800 contratados. Los restantes 880 trabajadores (27%) conforman el
Estado Oculto: 800 trabajadores desarrollan labores por convenio con
fundaciones y 80 de tercerizadas directas.
Para terminar de sintetizar el
sentido de su exposición Spataro explicó que “todo esto concibe la evasión de
responsabilidades por parte del Estado en términos políticos, legales y
simbólicos”.