El femicidio, presente en la vida cotidiana de todos y todas,
es un conjunto de hechos de lesa humanidad que abarcan crímenes y
desapariciones de mujeres, lo que indica el carácter social y generalizado de
la violencia basada en la inequidad de género.
En 2014, el Observatorio de Femicidios en Argentina, que
depende de La Casa de Encuentro, presentó un informe en Naciones Unidas en el
que revela que en los últimos cinco años 1.432 mujeres fueron víctimas de
femicidio.
No hay que dejar que este tipo de violencia, por ser
cotidiano, se vuelva algo natural. Los femicidios no son casos aislados, sino
que una consecuencia concreta de un modelo de desigualdad social y patriarcal.
Un discurso que banaliza a las mujeres, replicado por los
grandes medios de comunicación, pone el acento en que la víctima es culpable de
las agresiones sufridas y, en muchos casos, hasta justifica su muerte.
La complicidad de las instituciones también es evidente. El
caso del juez Horacio Pombo es un ejemplo real. El magistrado es reincidente en
afectar con sus sentencias los derechos de los niños y las niñas abusadas.
Ante esta situación es necesario un repudio masivo e
indispensable que los poderes político y judicial actúen con rapidez para
condenar a los culpables, proteger a los familiares de las víctimas y prevenir
cualquier ataque o agresión a la integridad de las mujeres.
También es urgente la puesta en práctica de la Ley Nacional
26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales, sancionada en marzo de 2011.
La violencia de género eso es un problema social que debe ser
enfrentado con respuestas integrales, por es indispensable la movilización
popular exigiendo que se utilicen las herramientas legales para garantizar
justicia y defender el derecho a la vida sin violencia.
Por eso convocamos para el miércoles 3 de junio a las 17
horas a participar en la convocatoria que se realizará frente al Congreso de la
Nación.