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“Con el neoliberalismo no hubiésemos tenido herramientas para poder enfrentar la pandemia”

En el marco de la pandemia de Covid 19 que conmociona al
mundo, IDEP SALUD entrevistó Nicolás Kreplak quien, además de Viceministro de
Salud de la provincia de Buenos Aires, es médico clínico, sanitarista, docente
y militante por el derecho a la salud y la soberanía sanitaria. Entre otros
conceptos, Kreplak destaca que las medidas oportunas permitieron que hoy
“tengamos muy pocos casos” pero advierte que “si nosotros soltamos el
aislamiento en 15 días tenemos el pico que nos sobrepasa el sistema de salud. Eso
está clarísimo.”

-¿Cuáles son las
regiones más afectadas de la provincia, cuál es la proyección y cuánto preocupa
que la pandemia comience a afectar a muchísima gente en los sectores más
populares?

-Nicolás Kreplak: En el Conurbano bonaerense, especialmente
en la zona Norte del Conurbano, está la principal preocupación en cantidad de
casos. Y si bien la incidencia que estamos teniendo hasta ahora es buena,
tenemos muy controlada la curva, muy achatada la curva por suerte. Pero la
verdad es que ya todo alrededor de la Ciudad de Buenos Aires y, por supuesto la
Ciudad entera, es una zona donde hay una buena cantidad de casos. Pero todavía
son pocos los sectores populares donde se está empezando a ver. Ahí aparece una
preocupación distinta porque el tipo de aislamiento que se puede realizar en
los sectores medios, que tienen casas para cada familia y se pueden tomar
decisiones de aislamiento que son más efectivas. Y, por ahí, en barrios más
populares donde los hogares son multifamiliares, donde hay más hacinamiento,
las formas de control son un poco más complejas. Hay que tener mucho cuidado. Y
yo creo que la clave del éxito -insisto con lo relativo del término éxito ante
una situación de pandemia-, hoy tiene dos partes: una, que es el aislamiento, y
la segunda parte -que es más silenciosa y quizás la gente no habla tanto pero
es un trabajo enorme-, es el seguimiento epidemiológico que se está haciendo.
Imaginémonos que esto es un incendio en un bosque y ante cada foco del
incendio, hay que ir a apagarlo, porque cada foco puede ser el inicio de un
brote epidémico de magnitud. Hoy hay muy pocos casos, casi no hay casos
comunitarios, casi no hay transmisión de la gente porque se sube a un colectivo
y se contagia, o va a comprar algo, toca la pared y se contagia, eso casi no
existe. Lo que existe son contagios institucionales: en geriátricos, en
hospitales, en algún que otro lugar de trabajo. Esa es la población que
mayormente se contagia hoy. Entonces cada uno de estos casos tienen contactos
estrechos y el trabajo que se hace -que es muy muy exhaustivo-, es buscar esos
contactos estrechos, entrevistarlos, ver que tan estrechos son, hacer un
aislamiento, hacer un seguimiento telefónico o presencial, tenemos
telemedicina, todo el seguimiento con todas las plataformas desde lo personal y
la visita hasta las medidas por tecnología, para saber si alguno de estos casos
representa un caso sospechoso porque aparece algún síntoma, entonces se toma la
muestra. Con este propósito se construyeron muchos laboratorios en la provincia
de Buenos Aires para hacer diagnósticos especializados, como el diagnóstico
PCR. Ahora tenemos 18 laboratorios y vamos a ir hasta 24. Estamos creciendo, es
un programa que venimos haciendo hace 1 mes, compramos reactivos para la
provincia, específicos, más allá de lo que la nación construyó, porque nosotros
entendíamos que lo que la nación proveía y construyó, era un piso, pero no era
suficiente para todo lo que la provincia necesitaba. Así que se hicieron 35
laboratorios en todo el país y nosotros le agregamos 24 más en la provincia de
Buenos Aires. Ya hicimos 18 y estamos haciendo los seis que faltan. Y de esa
manera poder diagnosticar rápidamente todos los casos que tenemos y poder saber
cuáles de los casos que eran sospechosos, son efectivamente confirmados y hacer
todos de vuelta el aislamiento en escalas. Digamos, si una persona es
sospechosa, todos sus contactos estrechos en aislamiento, y si alguno presenta
síntomas, todos sus contactos estrechos en aislamiento y así ir llevando, es
una forma de aislar cada foco y tratar de apagar cada incendio. Eso nos viene
resultando muy bien porque nosotros vemos que una semana hay un brote en un
distrito, se dice: «Uh, explotó en tal lugar», pero a los 10 días ese brote se
apagó y apareció en otro lado. Y para que se apague, no es que se apagó solo,
se apagó por un trabajo exhaustivo y muy cuidadoso de todos los equipos
epidemiológicos del ministerio, de las regiones sanitarias y los municipios.

¿Existe una
preocupación especial por la situación de lxs trabajadorxs de la salud ya que
constituyen uno de los porcentajes más altos de los infectados en Argentina?

-N.K.: Si, sin duda. En la provincia estamos cerca del 22% de
los contagios que son de trabajadores de la salud y hay varias cosas para decir
al respecto de eso. La primera es que fracasó la estrategia de áreas de doble
circulación, de áreas COVID y áreas no COVID, que es una estrategia que se hizo
en muchos países del mundo -que yo no sé cómo les fue en otros lados-, pero
nuestra experiencia es negativa. Ya se había hecho con la pandemia del NHN1,
pero en este caso lo puedo decir, es negativa, porque todos los contagios que
yo tengo registrados, se hicieron en las áreas no COVID, de un paciente que
venía a consultar por otra cosa y finalmente tenía COVID. Pero la enorme
mayoría de los casos ni siquiera se produjeron entre pacientes y profesionales,
la mayoría son contagios horizontales. También el multiempleo, otro de los
grandes problemas del neoliberalismo, de una persona que trabaja en un lugar y
se contagia y va a otros lugares a trabajar. Y, como no está en el área de
conoravirus, está en otras áreas que considera áreas libres de coronavirus, no
se cuida lo suficiente. Y ahí hay muchos contagios entre colegas. Además, todo
lo que hubo que hacer para poder tener los elementos de protección personal
suficientes para abastecer a los equipos de salud de nuestro país. Es también
otro de los aspectos del neoliberalismo de destrucción de la salud y el
trabajo, de una no producción de bienes de capital en nuestro país y que todas
esas cosas se importan. No había forma de producir todo esto en nuestro país,
se cerró el comercio internacional, porque no hay más barcos y no hay más
aviones, así que no teníamos forma de tener elementos de protección personal. Y
lo que tuvimos que hacer fue trazar una ruta aérea entre Buenos Aires y Shangai
(Buenos Aires es la capital del mundo más alejada de Shangai) y tuvimos que
hacer el viaje más lejano del mundo para comprar allá los elementos de
protección personal que están viniendo cada dos o tres días en aviones de
Aerolíneas Argentinas. Y qué son los que ahora tenemos para garantizar la
protección de los trabajadores de salud de la provincia.

-¿Cree que esta nueva
etapa en que se deja de lado la doble circulación en las instituciones va a
permitir que los trabajadores de salud empiecen a trabajar con más
tranquilidad? Porque todo esto también genera una gran incertidumbre a lxs
trabajadorxs de salud y sus familias.

-N.K.: Sin duda. Hoy tenemos los trabajadores de salud con
una muy baja tasa de trabajo, tenemos menos del 20% de las camas ocupadas en
los hospitales, con lo cual todavía estamos todos con la sensación o esperando
que suceda, que vengan los pacientes, eso es un tema que genera una ansiedad
importante. Los elementos de protección personal costaron y hoy están en
cantidad y calidad adecuada. Hay que aprender a trabajarlos y utilizarlos, hay
que hacer comités de crisis en todos los hospitales donde participen los
trabajadores y adecúen todos los protocolos que se hacen en la provincia para
ver cómo van a funcionar en cada lugar. Y esto que decía, que en cada hospital
todos tengan cuidado todo el tiempo. Como aprendimos a hacer todos cuando
apareció la epidemia de VIH, que aprendimos a sacar sangre siempre con guantes,
a tocar a pacientes que tuvieran secreciones siempre con guantes, por las dudas
de que tuvieran positivo. Lo mismo tenemos que hacer ahora con la enfermedad
respiratoria, todos los pacientes pueden ser COVID positivo. Así que hay que
cuidarse en todas las situaciones y en todos los casos, mientras estemos en la
situación de pandemia.

-¿Cuántas camas de
terapia intensiva había en la provincia cuando ustedes asumieron la gestión y
cómo lograron modificar ese panorama hasta estos días?

-N.K.: Bueno, cuando nosotros asumimos había un tema
particular, sobre lo que tengo hipótesis pero no tengo respuestas reales: ¿Qué
fue lo que estaba pensando el gobierno anterior cuando puso en obra a todos los
hospitales de la provincia en simultáneo y después paralizó las obras?
Entonces, lo que sucedió fue que nosotros agarramos la provincia no sólo con
los hospitales que había hecho Cristina sin inaugurar -que de hecho la semana
que viene se inaugura el primero y dentro de dos meses van a estar inaugurados
los 5 hospitales-, pero además de eso todos los hospitales propios de la
provincia estaban en obra en la guardia, en quirófanos o en terapia intensiva,
en simultáneo. Muchas obras en simultáneo que lo que terminaban produciendo es
que tenga mucha menos capacidad de respuesta el sistema de salud. Porque eran
obras que después se paralizaban, entonces hay hospitales sin quirófanos,
hospitales sin terapia, etc. En concreto, cuando arrancamos el coronavirus
teníamos en la provincia de Buenos Aires, del sector provincial, 385 camas de
terapia intensiva. Si a eso le sumábamos las camas de guardia, de cardio, estábamos
en 800 camas. Y hoy estamos en las 1400 camas, ahora. Y todavía nos falta
terminar de inaugurar varias partes de los hospitales que estamos trabajando:
esta semana empiezan a agregarse los hospitales modulares, se agregan las UPA,
que estos aportan mucha cantidad de camas nuevas, 32 camas de terapia intensiva
cada una de ellas, más los hospitales nuevos, la verdad que son unos cuantos.
Disculpame, necesito que retomemos la entrevista después porque me está
llamando el Gobernador…

-Queda en evidencia que
están en contacto permanente con el Gobernador (Axel Kicillof) y que el trabajo
es 24 horas al día, ¿no?

N.K.: Sí, continuamente, la verdad que es así. Y además muy
difícilmente con agenda, digamos, la agenda es la urgencia. Por eso hay que
hacer un trabajo muy serio de organización y planificación para poder trazar.
Hay que construir un sistema, un sistema que no había. Nosotros estamos ante
una provincia y un país que habían entregado el Estado y habían entregado la
coordinación del sistema de salud, con las fragmentaciones y el financiamiento,
todas esas cosas que pasaron con el sistema de salud. Nos encontramos con un
sistema de salud que no tenía sistema: el área de epidemiología era muy
pequeña, no tenía ni siquiera un boletín epidemiológico, no había una sala de
situación. Es una gran tarea, desde construir eso hasta tener un tablero de
comando, como tenemos ahora. Yo tengo online la cantidad de camas que hay en
cada uno de los sectores de la provincia, cuantas están ocupadas, cuantas
tienen COVID, si son camas generales, intermedias o de terapia. Todo eso hubo
que construirlo y, al mismo tiempo, uno tenía que ir construyendo un sistema de
salud que no había y montar los servicios que estaban cerrados y los hospitales
que estaban cerrados y contratar a la gente. Todo hubo que hacerlo al mismo
tiempo que tenías una tremenda demanda, que hace que la agenda todo el tiempo
sea intervenida por la coyuntura: Hay un brote en un lugar y un juez interviene,
tenés que soltar lo que estás haciendo para ocuparte de eso, todo el tiempo es
así. Eso demanda mucho equipo y nosotros tenemos un equipo muy grande y muy
sólido que trabajamos hace muchos años juntos. Y además hay que tener mucha
plasticidad para adaptarse a los cambios.

¿Qué impacto le produjo
ver el colapso de los sistemas de salud de los países más desarrollados del
mundo y cómo evalúa la reacción de la sociedad Argentina ante esta situación?

N.K.: Me impresionó la incapacidad de los grandes sistemas de
salud del mundo, especialmente Europa, para contener una problemática de estas
características. Pareció sorprendente porque uno veía y estudiaba mucho esos
sistemas pensando que tenían una capacidad de organizar y una capacidad de
prevenir. Por un lado podemos decir eso, pero por otro lado sabemos que durante
décadas el neoliberalismo global impactó en todos. Y si uno tiene un sistema
más o menos lógico, con la construcción de derecho, pero el mundo va hacia otro
lado, aunque uno nade contra la corriente, el río te lleva. A mí sí me impactó
ver la velocidad y la fuerza con la que pasó y la poca capacidad de respuesta
que tuvieron los países centrales. Nosotros tenemos la ventaja de estar en la
otra punta del mundo, en el hemisferio opuesto, así que estábamos atravesando
el verano y nos dio bastante tiempo para poder analizar. Y tomamos medidas casi
al mismo tiempo que en los países donde se estaban sufriendo los peores
momentos de la pandemia, sin tener los casos. Entonces nos dio un resultado
bueno hasta el momento. Y lo que sí nos sorprendió a todos muy gratamente es la
capacidad de la sociedad argentina de absorber un golpe tan duro y de seguir
creyendo en nosotros, de apoyarte, de bancar, cuando son muy pocas las personas
argentinas que efectivamente tuvieron la enfermedad. Es cierto que nuestro
pueblo en muchas oportunidades pone el hombro y banca las consecuencias de lo
que pasa. En este caso no es por la decisión de nadie sino por una enfermedad,
pero creo yo que todos estamos orgullosos de la seriedad y el respeto con que
se tomó. Creo que son tiempos muy serios estos, son tiempos donde incluso todo
el mundo está circunspecto, está como observando lo que sucede. No digo
solamente con temor sino con seriedad y con responsabilidad.

– ¿Cómo ve la situación
en Latinoamérica y cómo nos puede afectar, ya que hay diferentes reacciones en
distintos países ante la pandemia?

N.K.: En los últimos años, lamentablemente, los países de
Latinoamérica han retrocedido en la construcción de esta Patria Grande y son
muy pocos los países que conservan gobiernos populares. Y Argentina por suerte
justo acababa de volver a tener un gobierno popular, porque estamos viendo
tantos presidentes y gobernantes de países muy importantes de Latinoamérica que
están haciendo, negligentemente, caso omiso a los intereses colectivos y están
enviando al muere a los sectores más populares, directamente. Y sabemos y
entendemos y además estamos seguros, que eso mismo hubiese sucedido acá, porque
hemos visto al ex-presidente (Mauricio Macri) en estos días reclamando que se
deje de tomar medidas estatistas. Hubiera preocupado mucho que le toque
conducir este proceso porque hubiese hecho exactamente lo mismo que están
haciendo Bolsonaro, Trump u otros dirigentes de la derecha más conservadora de
América. Creo que el resto de los países de América con este tipo de gobierno
no quisieron asumir el costo económico y el costo político de tomar medidas
necesarias. Ahora en todos los países, aún en los que han decidido no tomar
esta decisión o estas medidas, se imponen. Porque la condición se está
imponiendo en todos los países y finalmente tienen que terminar cerrando porque
la sociedad decide no salir a trabajar, decide quedarse, decide aceptar si un
intendente o un gobernador, en contra de lo que diga un presidente, sugiere un
aislamiento. La gente lo hace, porque se está cuidando.

-Surge el instinto de
supervivencia.

-N.K.: Y hay que hacerlo, si se ve que en la Argentina
funciona ¿por qué no va a funcionar en otros países? Entonces están todos
proponiendo hacer lo mismo y cuidarse. Y bueno, la verdad, parece racional. Y
tal vez lo que quiero decir con esto es que ni siquiera es una decisión que se
pueda revertir porque nos cansamos. Esto, aunque nos cansemos, aunque cueste
demasiado, aunque tenga mucho costo económico para la sociedad, es lo que se
puede hacer, hay que organizarse a partir de esto y hay que hacerlo lo mejor
posible.

-¿Cree que esta
pandemia puede fortalecer la soberanía sanitaria en la Argentina?

-N.K.: Yo creo que eso depende mucho de lo que hagamos
nosotros. Esta pandemia nos puede dejar igual, peor o mejor, en ese sentido.
Eso va a depender de lo que construyamos como pueblo, de la construcción
política que venga al lado de esto. Nosotros en la gestión tenemos que intentar
que todo lo que construyamos y que sea una inversión del Estado, en este
momento en que no hay plata para nada y que se está empobreciendo tan
fuertemente nuestro país, cada peso que se pone es un peso que es más costoso,
más difícil de conseguir. Así que tenemos que hacer todo el esfuerzo del mundo
para que esa plata, que se va a utilizar ahora para trabajar la pandemia,
fortalezca el sistema de salud y fortalezca la soberanía sanitaria. Pero con
eso solo no alcanza, porque la soberanía sanitaria no es solamente un tema de
salud, es un problema político. Entonces también tenemos que construir como
sociedad, tenemos que hablar mucho de esto, tenemos que ponerlo en discusión.
No se trata de un problema de infectólogos una pandemia, es un problema de la
sociedad, es un problema político, es un problema sociológico, es un problema
que tiene múltiples aristas. Una de ellas es la infectológica, pero tiene
múltiples aristas y tenemos que construir entre todos el sistema de salud y el
país que queremos. Si no aprovechamos que hay una crisis que pone en duda todas
las relaciones de poder y de construcción simbólica de lo que es el derecho de
la salud de nuestro país, si no aprovechamos esta situación para poner en jaque
todas las cosas negativas y que son las causas de los grandes problemas en
Argentina y en el mundo, entonces no habremos capitalizado esta oportunidad.

-Forma parte de un
equipo que ya estuvo trabajando en el Ministerio de Salud de la Nación, en la
gestión de Cristina Fernández, y ahora trabajan en el distrito más grande de la
nación. ¿Eso les da una visión más amplia?

-N.K.: Sí, tener una experiencia de gestión previa nos
acelera muchas cosas y ya tenemos algunos mecanismos de funcionamiento y de
estructura organizada de antes. Yo creo que también tenemos, sobre todo, mucha
militancia y mucha construcción de militancia también desde el llano, que nos
hace entender la importancia de construir políticamente para poder llegar a la
viabilidad, porque en estos lugares no se construyen las cosas solamente porque
uno tenga una autoridad política por un ministerio, sino que necesitás
construir consensos y para eso es muy importante tener legitimidad con los
compañeros y compañeras en los sindicatos, en los territorios y en los hospitales.
Legitimidad porque uno milita y conoce el lugar. Y capacidad de convencer, de
persuadir y de escuchar. Creo que esos son los elementos casi tan importantes
como haber tenido la experiencia que tuvimos antes. En un contexto como éste la
nación tiene que construir un proyecto sanitario que surja de las provincias.
Quizás en otro contexto uno puede empezar a transformar el sistema de una
manera distinta y ahí podría haber una idea nacional de sistema de salud. Ahora
estamos ante una pandemia en emergencia y la planificación tiene que ser desde
la realidad, desde lo que sucede, desde cómo se leen los territorios y la
problemática que hay en cada lugar, desde dónde estamos y cómo se viene
sintiendo la comunidad y los servicios de salud con la problemática específica
del coronavirus, desde ahí se construyen las posibilidades en la provincia. Y
yo entiendo que en nación, leyendo lo que sucede en las provincias y, sobre
todo, en la Ciudad y en la provincia de Buenos Aires, que es donde se concentra
la problemática más grande, me parece que leyendo eso se tienen que construir
las estrategias nacionales.

-¿Puede ser que esto
sea el inicio de una nueva fase respecto de las formas de enfermarse y
vinculado también con esta fase del capitalismo o del neoliberalismo
financiero?

-N.K.: Hay una cosa que no entiendo del todo: ¿Por qué razón
se dio una respuesta de estas características a nivel global? Me parece que
estamos todos ante hipótesis y podemos suponer cosas, es muy complejo entender
por qué sucedió, por qué sucede esta respuesta, esta parálisis global ante esta
situación. Pero sí creo que el neoliberalismo expuso a toda la sociedad a darse
cuenta de las nulas, o casi nulas, herramientas que tenían los estados y sus
pueblos para enfrentar una situación inesperada o ante un emergente. Cuando uno
piensa en la teoría de la complejidad sabe que existen unos sucesos que pueden
aparecer, que no son previsibles y que cuando suceden cambian todo el sistema
social. No teníamos herramientas dentro del sistema neoliberal global para poder
enfrentar a este tipo de problemáticas y no es impensable que puedan aparecer
enfermedades respiratorias de transmisión, de hecho, casi siempre está por
aparecer alguna. Hemos tenido varios episodios que podrían haber sido tan
complejos como éste y lo que no había hecho el sistema era dar cuenta de la
necesidad de tener herramientas, de tener soberanía y capacidad de respuesta;
porque seguía pensando en la salud solamente en términos de lucro, había una
hipertrofia de lo que se producía como negocio pero no había una idea de cómo
se hace para trabajar el sistema para que se pueda garantizar el derecho a la
salud.

Así que yo no sé si esto inaugura una nueva etapa. Lo que yo
creo es que nos hizo ver una serie de cosas. Me da bastante temor que cuando
todo esto pase y tengamos que reflotar todas las cosas que se hundieron en este
periodo -con todas las problemáticas que va a generar económica y socialmente
esta pandemia-, no se ponga efectivamente en la agenda política la
reconstrucción del sistema de salud más allá de la pandemia, en la lógica de la
soberanía y del derecho, y que pase a quedar nuevamente en el último lugar de
las prioridades. Porque va a haber tantas cosas para resolver que nos va a
comer la agenda.

-¿Se está estableciendo
algún trabajo interministerial con respecto al tema de los femicidios en las
condiciones de aislamiento?

-N.K.: La verdad que no es un tema que nosotros estemos
trabajando principalmente en el Ministerio de Salud, si bien tenemos un área
que trabaja en las temáticas de género. El Ministerio de la Mujer está
trabajando específicamente en esto. Nosotros vemos que es un problema y estamos
intentando articularlo. Pero digo la verdad y, con sinceridad, estamos abocados
fuertemente al sistema de salud específicamente, pero también necesitamos
empezar a trabajar a partir de ahora la idea del derecho a la salud con una
mirada mucho más amplia que solamente la atención de la enfermedad y en esto,
sin dudas, la mirada feminista es indispensable.

En esta situación de la
pandemia, ¿pudieron articular las acciones de gobierno con las organizaciones
sociales?

-N.K.: En la provincia de Buenos Aires en particular es
impensable que podamos tener un trabajo sobre los territorios sin contar con
los intendentes y el trabajo territorial que hacen los intendentes y las
organizaciones sociales en cada localidad. Es impensable. Y eso va desde las
relaciones políticas a los curas, los pastores, sin duda todas las
organizaciones sociales y políticas están trabajando, creo yo que en la mayoría
de los casos, excepto algunas excepciones, con la suficiente seriedad y
responsabilidad para entender que no podemos estar con las pequeñeces y las
miserias que cada uno puede tener, perdiendo, en este contexto, en esta
situación, la oportunidad de colaborar y de ayudar. Y especialmente en nuestro
sector la importancia del trabajo con las organizaciones sindicales. No sólo
para coordinar sino también para tomar decisiones, por ejemplo, cómo hacemos
para llevar adelante las necesidades sanitarias en todos los hospitales.

-¿Qué rol está
cumpliendo la producción pública de medicamentos en esta pandemia?

-N.K.: Nosotros tenemos el laboratorio de producción pública
Tomás Perón, que es uno de los ejes estratégicos de nuestra gestión y del
gobierno de Axel. Pensábamos, la verdad, estar avanzando en el fortalecimiento
de la planta y en el desarrollo de varias líneas de trabajo que queríamos
hacer. Esta pandemia nos agarró y esto también lo atravesó. El laboratorio
igual se puso en condiciones para poder producir alcohol en gel, que es muy
importante. Y también utilizar su capacidad de laboratorio: ahora es uno de los
centros de diagnóstico con los que se cuenta en la provincia de Buenos Aires,
el Tomás Perón. Y la producción pública de medicamentos es clave, es
estratégica y es una herramienta de soberanía. Aunque hoy el problema principal
no pasa por ahí, porque no hay medicamentos significativos o importantes hasta
el momento para el tratamiento de Covid. Y la verdad es que el problema lo
tenemos con cosas impensadas como los barbijos, que son cosas que nunca fueron
un problema muy serio para los servicios de salud y ahora es un problema. Pero
bueno es una enfermedad viral aguda y por el momento no tiene ningún
tratamiento específico. Lo negativo es que no tiene tratamiento y lo positivo
es que no estamos enfrentando a una de las Industrias más complejas en estas
situaciones.

-¿Cómo vislumbra los
próximos pasos en toda esta situación?

-N.K.: Para mí hay que seguir como estamos, hay que seguir
administrando y focalizando. Esto quiere decir que no hay que soltar, no hay
que aflojar, no hay que bajar la guardia. Lo que hay que hacer es focalizar
mucho más en las situaciones donde hay casos, ir apagando cada brote cuando
sucede es muy importante. En los territorios donde haya más casos hay que
focalizar más y hacer más esfuerzo. Y con la población de mayor riesgo también
hay que hacer un esfuerzo muy grande de focalizar. Seguir así, esperemos que
pase el invierno, esperemos que quizás la ciencia y la tecnología nos aporten
alguna herramienta que nos ayude a enfrentarlo de la mejor manera. Pero no hay
que poner vidas en juego innecesariamente, hay que trabajar para seguir
conteniendo la pandemia como estamos haciendo hasta ahora.

-¿Evalúan que el riesgo
de relajarse es muy alto?

-N.K.: Hay muy pocos contagiados entonces no hay ningún
modelo matemático distinto a esto que estoy por decir ahora: Si nosotros
soltamos el aislamiento en 15 días tenemos el pico que nos sobrepasa el sistema
de salud. Eso está clarísimo. Y todos los países del mundo que pensaron que
tenían que soltar el aislamiento tuvieron pico enseguida. Así que no hay
ninguna razón para no pensar que nos va a pasar lo mismo a nosotros. Pero
también hay que focalizar y esforzarnos más porque hay ciertos sectores que van
a necesitar poder salir a trabajar para ir buscar el sustento y son sectores
que tienen que ser los que menos riesgo tengan y los que no estén en situación
de alto contagio. Así que para que eso pueda suceder tenemos que focalizar
mucho y ser más fuertes con los grupos más vulnerables en donde más contagios
hay.

-¿Cómo vive esta
situación tan inmensa e intensa, un militante de la salud colectiva que además
ejerce el rol de Viceministro de Salud de la provincia más grande del país?

-N.K.: La vivo de diversas maneras en simultáneo, por un lado
con mucho esfuerzo físico y también contento de saber que tenemos un equipo muy
grande. Y que uno no llega acá solamente porque es técnico y tiene
conocimientos, sino que además tenemos un compromiso, un equipo que acompaña y
permite afrontar una cosa así, porque sino el esfuerzo, la responsabilidad tan
grande y con tanta atención puesta, sería muy difícil. Pero también entendiendo
que es una oportunidad. Por un lado, es una responsabilidad muy grande -a nadie
le gusta el trabajo defensivo-, cuando nosotros pensamos en el sistema de salud
que queríamos construir y cuando hablamos con el gobernador, pensamos mucho más
en cómo reorganizar el sistema, cómo plantear la construcción y no en cómo
defendernos de una pandemia infecciosa. Pero también en este contexto lo que
tratamos de hacer es utilizar todas las estrategias que podamos tener para que
todo lo que hagamos en este momento no sólo sirva para resolver la problemática
del coronavirus, sino que además sirva para construir el sistema de salud que
necesitamos. Entonces el desafío es doble: que lo que estamos haciendo ahora
también sume para el futuro.

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1º de mayo: una mirada desde las trabajadoras

Por Mercedes Cabezas,
Secretaria de Organización de ATE Nacional

La nueva situación
social y mundial puso de manifiesto algunos postulados que el movimiento
feminista ya levantaba como banderas de revolución cuando el capitalismo aún
gozaba de una pretendida buena salud, pero que en circunstancias extremas se
hicieron más visibles. Una de esas conclusiones ahora evidentes es que el
sistema de cuidado recae sobre las mujeres. Pero para desgranar qué es lo que
queremos decir cuando reclamamos una re-discusión del sistema de cuidados,
debemos empezar por el principio.

Merece una
definición preguntarnos qué es el sistema de cuidado. Etimológicamente, cuidado
es la acción de cuidar, preservar, guardar, conservar, asistir. El cuidado
implica ayudarse a uno mismo o a otro ser vivo, buscar incrementar su bienestar
y evitar que sufra algún perjuicio. También es posible cuidar objetos, como una
casa. Entendido de esta forma, podemos concluir que el cuidado apunta
principalmente a la preservación de la vida. Visto desde esta forma, hasta
podríamos afirmar que el cuidado es inherente al ser humano.

Sin embargo, lo que
se hace evidente cuando se repasa la historia es que el sistema de cuidados
recayó siempre en la mujer, porque se alza como una consecuencia de la norma
implícita del sistema capitalista: la división sexual del trabajo.

Esta división
ocurrió en todas las etapas de la historia, de una manera o de otra, y supuso
siempre un reparto social de “actividades”, de acuerdo a un orden establecido
culturalmente, que, por supuesto, también vino de la mano de una jerarquización
de las condiciones de vida. Ese cuadro, combinado con una tradición patriarcal
y machista, estableció una marcada división sexual del trabajo entre roles que
se presentan como preestablecidos para la vida humana, divididos por género,
pero que no son más que construcciones socio-culturales susceptibles a cambios
paradigmáticos. 

Así es como se hace
necesario desnaturalizar la división sexual del trabajo como si fuera algo
inherente al orden entre hombres y mujeres. Para ello, es necesario desentramar
la constitución de la familia con el hombre como jefe de la unidad, refrendada
en el sistema capitalista, racista y patriarcal, y cuestionar las relaciones de
poder hacia el interior de la sociedad misma que presenta un esquema basado en
el colonialismo. Eso implica un abordaje desde la construcción social de las
relaciones y una aplicación desde el concepto de trabajo y economía que,
definitivamente, incorpore el trabajo doméstico y de cuidados, así como también
la desigualdad en el uso del tiempo. Ambas cuestiones se alzan como categorías
fundamentales para debatir la igualdad de género.

En esa construcción
encontramos a una sociedad binaria, sustentada bajo la perspectiva del binomio
varón/mujer, que no sólo no contempla la posibilidad de múltiples géneros, sino
que además implica, desde tiempos inmemorables, un reparto de actividades que
supone dos categorías claras entre producción y reproducción de la vida. Así es
como los varones están contenidos dentro de las tareas y los trabajos de
producción, con mejores pagos, mayor 
estabilidad laboral y acceso a cargos jerárquicos, y las mujeres dentro
de los trabajos de servicios y de reproducción de la vida, entre las que,
incluso, existen tareas que ni siquiera son consideradas trabajo, como las
provenientes del sistema de cuidados.

En este último caso
enmarcamos el cuidado en los términos generales, que tan de manifiesto queda
claro en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio que se
recomienda por estos tiempos en la mayoría de los países, Argentina incluida.
Claro que en esta instancia, las mujeres siguen teniendo una doble jornada
laboral no reconocida, entre el trabajo remunerado (mayormente de servicios y
de tareas administrativas), que siguen manteniendo desde la casa, y el sistema
de cuidado que recae sobre ellas sin ser visualizado como tal.

Eso que llaman “amor” es trabajo no pago

Parte de la
naturalización del trabajo de cuidado deposita como destino biológico de las
mujeres la tarea de cuidado y doméstica, vinculándolo con la maternidad. 

Desde las
organizaciones que buscamos un viraje o cambio hacia los postulados feministas
decimos que ese “sentido maternal” o “amor” en el que se apoya la sociedad
capitalista y patriarcal se llama trabajo de cuidado. Y, en general, en las
economías mundiales no es tenido en cuenta como tal.

Por ello, es que
ponemos de manifiesto la necesidad de reabrir el debate sobe la mirada de la
mujer como trabajadora para reconocernos como tales en lo que respecta al
sistema de cuidado, y no únicamente en las familias monoparentales. Y, en
paralelo, proponemos una discusión profunda que inste a las sociedades a
debatir la división sexual del trabajo en busca de un cambio paradigmático,
político, social, ideológico y cultural que permita una perspectiva más amplia
y equitativa entre integrantes de una sociedad que debe ser, en definitiva, más
solidaria y justa.

Todas las crisis
sociales y económicas abren posibilidades de cambio. Tenemos una oportunidad
histórica de encontrar una alternativa social que no se quede en un enunciado,
sino que represente una voluntad real de saldar históricas situaciones
inequitativas.

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De tal semilla, semejante brote

Por Daniel Parcero -escritor revisionista de la ATE y el
movimiento obrero-

Apreciadas compañeras y compañeros estatales: No se apenen.
El compañero “Pelusa” seguramente se encuentra bien, cumpliendo una más de sus
“misiones secretas”.

Son tiempos de compromiso contra un enemigo genocida que
requiere de la decisión y acción combativa, entre otros  de quienes se alinearon en aquella Juventud
Maravillosa, que aquel trasvasamiento generacional operado por derecha creyó
haber exterminado.

Aún sobreviven compañeros como “Pelu”, y además formado
cabalmente desde el sector salud, y militante de coraje comprobado.

De semejante semilla como fue “la Irma Carrica”, “la
Enfermera de los pobres”, antes de resultar secuestrada, y quien permanece en
condición de detenida/ desaparecida.  Pero
las comprendo compañeras y compañeros. Tan así, de pronto. Pero fiel a su
aprendizaje revolucionario. No se avisa. Se toman “las armas” acumuladas y se
sale a cumplir con la misión revolucionaria. Ya habrá “un buzón” donde dejar la
señal de que la misión ha sido cumplida.

También Irma antes de su propio secuestro se sintió
preocupada y supo dejarle una carta de puño y letra:  “Me preocupa verlo tan triste por la caída de
sus delegados, y de tantos compañeros que usted quería tanto!!! Quizás se está
olvidando de ser feliz, y no disfrute lo que tiene exigiéndose más. Siga amando
hijo (…) sonría hijo, sonría, que cuando yo lo escuche voy a rejuvenecer, y yo
también seré feliz, y si luchamos tanto para modificar grandes cosas, tenemos
que aprender a mirar pequeñas cosas de todos los días.

(…) Yo sé de toda su riqueza espiritual, y de su entrega, de
su esfuerzo por lograr cosas y salir adelante, lo duro del desarraigo de las
soledades, en compañía y sin ellas. Sé todo de usted, lo que dice, y lo que
calla. Y porque lo sé integro, hijo, es por lo que tengo de seguridad, que
Dios, y quienes lo acompañan que nos entienden, no nos van a desamparar, y si usted
al igual que yo, no nos doblamos, veremos muy pronto un poco el sol. Y de éstas
dos cosas estoy yo segura”.

Éxitos querido “Pelusa” en tu nueva misión. Seguramente,
como tu brillante madre no vas a doblarte. Y aquél “buzón” del que les hablaba;
del que “los sesensetentistas” sabemos bien de que se trata, ya cuenta con tu
señal en el umbral de la vereda de la Avenida Belgrano 2527. Sabemos que estás
bien. Y cumplida tu misión, terminada la cuarentena, haremos saber de tu
exitosa tarea militante.

Gracias “Pelusa”.

Hasta la Victoria siempre!!!

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La seguridad social de los trabajadores en tiempos del COVID-19

Comunicado de la
Comisión Centro Nacional de Jubilados y Pensionados de ATE:

1.-La experiencia
de estos últimos años evidenció un retroceso en el sistema de seguridad social
que afectó a los sectores másvulnerables,
en nuestro caso lxs trabajadorxs 
jubiladxs y pensionadxs, en la pérdida del poder adquisitivo de sus
prestaciones, a través de la alteración sustancial de sus derechos
previsionales históricos.-

Se dictaron
normas regresivas del nivel alcanzado en el reconocimiento de los derechos en
materia de seguridad social, tales como la reparación histórica, blanqueo de
capitales, armonización a la baja de los sistemas previsionales provinciales,
no transferidos a la Nación, uso indiscriminado del Fondo de Garantía de Sustentabilidad,
la denominada “reforma previsional” que vulneró la movilidad jubilatoria. Todas
normas que limitan, sustancialmente, una prestación alimentaria, presente y
futura de los jubilados, en abierta vulneración del compromiso asumido por el
Estado de garantizar la integralidad de los haberes y de los derechos sociales
y la progresividad de los derechos económicos, sociales y culturales, hasta el
máximo de los recursos disponibles, en los términos de los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos.

Es por ello que nos encontramos frente a un panorama
preocupante, sin antecedentes. La recaudación de la ANSES venia decreciendo,
entre otros motivos, por la subsistencia de normas que reducen las
contribuciones patronales, el aumento del trabajo informal y en negro, tanto en
el sector público como privado, la falta de control y fiscalización de
distintas formas de trabajo sin aportes, que encubren una relación laboral
dependiente. Estas reformas regresivas impulsadas por las políticas económicas
y sociales neoliberales, siguen los lineamientos de los organismos financieros
internacionales (FMI, BM), se ven, ahora, agravadas por la crisis mundial
provocada por el COVID-19.Todo ello nos obliga a repensar nuevas formas de garantizar
los derechos humanos fundamentales vinculados a la seguridad social y otorgarle
al sistema sustentabilidad, a los efectos de asegurar a todos los trabajadores
condiciones de vida dignas que los cubran frente a los riesgos de la vejez, la
incapacidad, la muerte, los accidentes de trabajo, prestaciones familiares, la
vivienda y la salud

Para  lograrlo se
requiere de un Estado fuerte, activo y eficaz que cuente con un sistema
tributario redistributivo y progresivo que le de sustentabilidad a los
distintos sistemas de seguridad social, asignando recursos suficientes para
cubrir todas necesidades que se requieran. Es por ello, que debemos redoblar
esfuerzos para  asegurar las más amplia
protección y asistencia posible a nuestro pueblo trabajador y a su familia.

2.-Es cierto que
nuestro país fue un adelantado en materia de reconocimiento de los derechos
individuales, colectivos y sociales de los trabajadores, con un fuerte contenido
de protección social. Desde mediados de los 40, del siglo pasado, se  trajo a discusión la necesidad de expresar
jurídicamente las transformaciones sociales operadas, para consolidarlas, y
adaptar y reactualizar el sistema normativo a la etapa de la historia
contemporánea.  El primer documento
normativo que tradujo normativamente la lucha del pueblo argentino por la
conquista de los derechos sociales fue la Constitución de 1949, que tuvo una concepciónjurídicade
protección del interés nacional, con un sentido de igualdad material y justicia
social, haciendo hincapiéen laampliación del rol activo del estado y lafunción
social de la propiedad. Lamentablemente, el golpe militar de 1955 derogó-por
decreto-el texto de la nueva constitución retrotrayéndonos al original de 1853 (con las reformas de 1860, 1866 y 1898).Sin
embargo, la reforma de 1957 agrego el artículo 14 bis a la Constitución
Nacional, que en el plano de la seguridad social obliga al Estado a asegurar
sus beneficios en forma integral e irrenunciable, reconociendo los seguros
sociales obligatorios, el derecho a la movilidad de las prestaciones, la
autonomía económica y financiera de los organismos de la seguridad social y su
administración por los interesados, con la participación del Estado.

Ese artículo 14 bis se vio luego fortalecido por la reforma
constitucional de 1994, que incorpora con jerarquía constitucional los Tratados
Internacionalesde derechos humanos,que comprometen a los Estados a garantizar
en forma efectiva los derechos sociales.

II.- Luego de hacer una breve reseña jurídica
y a fin de adentrarnos en el tema que nos preocupa, la sustentabilidad del sistema
de seguridad social argentino en tiempo del COVID 19,  es necesario repasar las principales fuentes
que financiaban a la ANSES:1) Los aportes de los trabajadores y las
contribuciones de los empleadores: ambos conceptos toman como base el salario
del empleado.  2) Recursos tributarios de
afectación específicaa la Seguridad Social -todos regresivos-: tales como el
IVA, Ganancias, impuestos internos, adicional cigarrillos, combustibles.  3) Transferencias del Tesoro Nacional.

Por decreto 297/2020 de fecha 18.03.2020 el gobierno
nacional ordenó el aislamiento social preventivo y obligatorio, el cual  se extenderá  hasta el 10 de Mayo de 2020 (seguramente
prorrogable),   por la constatación de la
propagación de casos de coronavirus  covid-19 en nuestra región y en
nuestro país. La mencionada disposición del gobierno cuenta con el apoyo der la
mayoría de los argentinos, a partir de la convicción de la importancia de
preservar
la salud del conjunto de la ciudadanía, en especial los sectores más
vulnerables, considerandoque la salud es el bien más preciado en una sociedad.
En este caso particular prima la salud sobre el capital, que debe estar al
servicio de la economía nacional, de las necesidades de las familias y de los
trabajadores.

Los trabajadores son los que más sufren las consecuencias no
sanitarias que El COVID 19 trae aparejado: el encogimiento de la economía, el
repliegue del sistema productivo, el desplome del empleo, la caída del consumo,
la disminución de la recaudación impositiva, provocando todo ello una merma significativa en la recaudación de nuestro
sistema de seguridad social.

Observamos, también, en este tiempo, la pérdida de ingresos
del trabajo/ salario en relación al capital, situación que va mutando día a
día, perdiendo los trabajadores su nivel de vida.

De ahí la necesidad de un debate profundo no solo de las
instituciones representativas del gobierno, con la participación de las organizaciones
del pueblosobre las medidas de transformación que deben adoptarse, en este
contexto de crisis y pensando la salida de la misma, para garantizar las
condiciones de vida digna de todos los argentinos.

Estas medidas, y las normas que se dicten, deben estar ajustadas a los derechos y
garantías reconocidos por la Constitución Nacional y los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos (art.75 inc. 22 Constitución Nacional).-

En esta
instancia es fundamental la vigencia de un Estado de derecho democrático y
social que proteja la plena vigencia de los derechos y libertados reconocidos
por los citados instrumentos nacionales e internacionales en materia de
derechos humanos.

En especial,
dada la naturaleza de la pandemia, los derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales (DESCA) deben ser garantizados sin discriminación a
toda trabajadora y trabajador, jubilado jubilada y sus familias, en especial, a aquellos grupos que
son afectados de forma desproporcionada porque se encuentran en situación de
mayor vulnerabilidad.-

 

Por todo ello y con el único objeto de fomentar el bienestar
colectivo proponemos garantizar en su plenitud los derechos emanados de nuestro
sistema constitucional, el
cual establece principios muy
claros en materia de jubilaciones y pensiones, que han sido a su vez
desarrollados por la jurisprudencia histórica de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación.

Carácter
integral e irrenunciable de los beneficios de la seguridad social; seguro
social obligatorio de reparto y solidario, autonomía económica y financiera,
administración de los sistemas por los interesados con participación del
estado, jubilaciones y pensiones móviles, principios que a su vez se enlazan
con el respeto de derechos fundamentales como el la propiedad, igualdad y no
discriminación, razonabilidad de los actos, progresividad de los derechos y
prohibición de retroceso, obligación del legislador ordinario de dictar normas
basadas en criterios de justicia social y medidas de acción positiva en
protección de los derechos de las personas vulnerables, mujeres, niños,
personas mayores e incapaces.

Es fundamental para lograr esos objetivos fortalecer el
financiamiento de ANSES y con ello la presencia del Estado en cada hogar del
pueblo trabajador, para brindar protección,asistencia y  contención social. Consideramos que una
política social fuerte debe estar respaldado por un sistema tributario que se
ajuste a sus necesidades. En la actualidad, ningún sistema de seguridad social
se sostiene exclusivamente con aportes y contribuciones de los trabajadores
(salario diferido) sino que requiere del aporte, por vía de impuestos directos,
de los que más tienen respecto de los que están en situación de vulnerabilidad.

III Proponemos
para esta etapa y para la post pandemia discutir algunasmedidas y acciones para
garantizar la sostenibilidad de la seguridad social y el financiamiento de sus
prestaciones tales como:

1) Restablecer la plena vigencia de los aportes y
contribuciones (salario diferido de los trabajadores).

2) Defensa y expansión del trabajo formal protegido por la
legislación laboral y de seguridad social, tanto en el Estado, como en el
sector privado.

3) Fiscalización y recaudación activa de los ingresos
propios de la seguridad social.

4) Garantizar una prestación previsional que reconozca una
tasa de sustitución del 82% del salario del activo y una movilidad vinculada a
la evolución del salario.

5) Vincular la política de seguridad social con la
tributaria de tal manera de generar los recursos necesarios para sostener una
política social fuerte por parte del Estado.

6) Reformas del sistema de impuestos de ganancias, al
patrimonio y sucesorio de carácter progresivo y redistributivo.

7) La creación de un nuevo impuesto especial asignado a la
seguridad social que provenga de las grandes fortunas para garantizar la
sostenibilidad del sistema.

8).-Fortalecer al Fondo de Garantía de Sustentabilidad
(FGS) yconservar la esencia y la naturaleza jurídica del decreto que lo creo, como
cualidad esencial su intangibilidad, como reserva contra cíclica.

9) Controlar que en cada lugar de trabajo se cumplan  las medidas de seguridad social.

10) Reforzar el sistema de inclusión previsional. Garantizar
una jubilación a todo mayor de 65 años que un nivel de vida adecuado que
incluya salud, alimentación, vestido, vivienda y a una mejora continua de las
condiciones de existencia.-

11) Proteger, reforzar y fortalecer la Asignación Universal
por Hijo, por Embarazo, por Maternidad.

12) Implementar unIngreso Básico universal como derecho
vinculado al trabajo para asegurar a todo trabajador, sin empleo, un nivel de
vida adecuado para sí y su familia que incluya alimentación, vestido, vivienda
y a una mejora continua de las condiciones de existencia.

13) Garantizar el disfrute del más alto nivel de salud
física, mental y social, para con una cobertura integral del 100 % que incluya
atención medica, intervenciones y medicamentos en Obras Sociales, PAMI y
Hospitales Públicos

14) Asegurar la participación de los trabajadores en la
administración de los sistemas de seguridad social, con participación del
Estado, reconociendo la autonomía económica y financiera de sus presupuestos.-

IV

Por ultimo señalamos que la superación de esta pandemia solo
es posible fortaleciendo la organización de los trabajadores  activos como
los jubilados, su lucha y trabajo es lo que hace posible la riqueza de nuestro
país. Solo la confluencia de todos los trabajadores en la unidad de acción, con
un proyecto nacional liberador, permitirá establecer las bases de una sociedad
basada en la participación activa de los trabajadores en la toma de decisiones,
en la justicia social, e igualación de los puntos de partida, garantizando
posibilidades de vida digna para todos los argentinos.

COMISION
CENTRO NACIONAL DE JUBILADOS Y PENSIONADOS DE ATE

EQUIPO
TÉCNICO
: DR.
HORACIO GONZALEZ, DR. LUCIANO GONZALEZ ETKIN, HORACIO FERNANDEZ Y DIP. M/C
GRACIELA ITURRASPE-

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Se realizó un acto virtual para conmemorar el Día Internacional de lxs Trabajadorxs

Esta mañana, en la fábrica Cooperativa de Trabajo Envases
Flexibles de Mataderos, se llevó a cabo un acto virtual entre sindicatos de
diferentes centrales obreras, organizaciones sociales y pymes para presentar el
“Manifiesto Nacional por la Soberanía, el Trabajo y la Producción”.

En medio de la pandemia, y ante la imposibilidad de
manifestarse en las calles, referentes de sindicatos y organizaciones sociales
resolvieron reunirse en la fábrica recuperada para saludar y presentar el
documento de protección del empleo y salarios, de la soberanía y la producción.

Del panel participaron Hugo “Cachorro” Godoy, de ATE; Héctor
Amichetti
, Sindicato de la Federación Gráfica Bonaerense; Esteban “Gringo”
Castro
, UTEP; Ricardo Peidro Sec. Gral. de la CTA-A; Juan Carlos Alderete de la
CCC; Walter Correa del Sindicato Trabajadores del Cuero; Gisela Bustos, MNER; Gervasio
Muñoz
, Fed. Nac. De Inquilinos y Damián Regalini, Consejo Productivo Nacional.

Abrió el acto Esteban “Gringo” Castro quien señaló que “de la
pandemia queremos salir con organización y con trabajo, el manifiesto da una
respuesta al proceso político que creemos nosotros que se viene. Es indudable
que desde la dictadura ha habido un proceso creciente de concentración
económica, y aquellos que concentran la economía en la Argentina y el mundo son
los que nos han llevado a este fracaso actual. Agradecemos la decisión del
gobierno nacional de hacer la cuarentena en tiempo y forma para garantizar la
vida, y eso es un gesto de amor al pueblo, pero necesitamos una profundización
de ese amor al pueblo y el estado tiene que tener un rol central para los
tiempos que se vienen”.

Por su parte, Hugo “Cachorro” Godoy sostuvo que “estamos
absolutamente convencidos que hay que construir unidad de todos los sectores
populares y entendemos que no solamente hay que salir de la emergencia
sanitaria sino también de la emergencia económica y social. El Estado nacional
debe ser plenamente soberano, debe tener en el centro al conjunto de quienes
generan la riqueza en nuestro país, para garantizar que no haya más desempleo,
que no se reduzcan y que se mejoren los salarios, para terminar con la
precariedad laboral, para que todos los trabajadores, ocupados, desocupados y
subocupados, tengan garantizado un salario social mínimo”.

A su turno, Walter Correa destacó que “en estos últimos 4
años donde no hubo un sello que dividió la clase, los compañeros estuvieron
peleando contra el macrismo. Hoy, esta construcción de lucha nos permitió pasar
de la resistencia a la ofensiva, desde abajo hacia arriba”.

Ricardo Peidro expresó que “este manifiesto presenta trazos
gruesos que son fundamentales porque defienden a nuestra clase trabajadora,
porque plantean la defensa de los compañeros de la economía popular, de la
pequeña y mediana empresa. Vamos a salir mejores de esta crisis. Estamos
convencidos que vamos a construir una sociedad con justicia, igualitaria, que
valga la pena ser vivida”.

Luego continuó Juan Carlos Alderete quien sostuvo que “el
mundo está siendo golpeado por la pandemia y millones de obreros no están
trabajando y se ha paralizado la economía mundial, demostrando una vez más que
somos los trabajadores y las trabajadoras los que movemos el mundo. El gobierno
definió defender la vida del pueblo por sobre los intereses económicos de
algunos pocos y eso lo valoramos profundamente”.

Asimismo, Gisela Bustos manifestó que “estamos convencidos
que la construcción de una alternativa que dé cuenta de las necesidades, las
aspiraciones y la lucha de nuestro pueblo es una tarea del ahora. Las empresas
recuperadas son parte de una experiencia que hoy nuclea a mas de 300 unidades
productivas recuperadas, que dan lugar a mas de 15 mil puestos de trabajo
genuino, que se desarrollan en todo el país y en los más diversos rubros, que
somos viables, que no bajamos los brazos”.

Damián Regalini sostuvo que “las pymes tenemos muchas cosas
en común con los trabajadores y la economía popular, fundamentalmente que somos
hijos del desarrollo trunco de la Argentina. Los que estamos acá no estamos en
las mesas donde se toman las decisiones importantes, por eso este manifiesto es
un rumbo al desarrollo sostenible”.

Por su parte, Gervasio Muñoz expresó que “somos 9 millones de
trabajadores y trabajadoras los que vivimos en viviendas alquiladas, dos
medidas que tomó Martínez de Hoz fueron dolarizar el precio de las viviendas en
Argentina y desregular el precio de los alquileres, y estamos peleando para dar
vuelta esas medidas profundamente injustas, que han transformado el derecho la
vivienda en un negocio”.

El acto estuvo a cargo de Héctor “Gringo” Amichetti: “tomamos
la línea histórica de la clase trabajadora argentina, que es trabajar con
propuestas, con ideas y fundamentalmente defendiendo un proyecto de país que dé
respuesta a las necesidades de todos. En esa línea va este manifiesto que
intenta ser un aporte a un gobierno que si bien ha ganado una elección, tiene
que consolidar su poder. Venimos con este manifiesto convencidos que es posible
cambiar las estructuras sociales y que eso solo se puede cambiar con un estado
fuerte y con participación activa de las organizaciones libres del pueblo”.

Acá podes ver el acto completo

https://www.youtube.com/watch?v=rCA-bPMDMks&feature=youtu.be&fbclid=IwAR2HfuwUqA42hQYHYijCB9PBOqBMH0eHHkmZ3QUkKqCDHCRsTAE7IhoFmWc

 

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Estatales: "Estamos en lucha para recuperar áreas estratégicas para el país"
Por Alejandro Garzón
Secretario Gremial Nacional de ATE
Con el desastre causado por el neoliberalismo, las limitaciones del encierro y las ambiciones del capital, como pueblo tomamos nota de los procesos.
A los trabajadores y trabajadoras, este 1 de Mayo nos encuentra en una situación paradojal. Cuando creíamos que salíamos de una de las peores noches del neoliberalismo y empezábamos a soñar con una nueva etapa de producción, generación de empleo, recuperación de derechos y en una Argentina en crecimiento, nos cae algo peor que las 7 plagas de Egipto: el coronavirus Covid-19.
Entonces, es necesario este 1 de Mayo repensar, como siempre estamos obligados, en nuestra situación como clase. Debemos pensar de dónde venimos y dónde estamos para llevar adelante acciones para pensar nuestro futuro. Venimos de cuatro años de fuerte ofensiva del capital sobre los sectores productivos y más fuertemente sobre los trabajadores y trabajadoras.
En primer lugar, el macrismo en consonancia con los poderes económicos de los grandes centros financieros, se propuso aumentar la tasa de ganancia de los capitalistas bajando el precio del salario: la Argentina pasó de tener el salario más alto medido en dólares de la región a estar ahora entre los últimos de la fila.
Por otro lado, intentaron restringir y anular derechos conquistados históricamente, tratando de cambiar la legislación, de manipular la justicia laboral y, al bajarle el precio al Ministerio de Trabajo y convertirla en Secretaría, nos convirtieron en un “problema” de segundo orden.
Y tercero, un fuerte ataque a la libertad y democracia sindical para desorganizarnos a través de asociar la labor gremial con las mafias y organizaciones oscuras que sólo llevan beneficios personales a los dirigentes quienes los presentaban públicamente como delincuentes.
En fin, perdimos salarios pero, gracias a la resistencia en unidad de los gremios de las distintas centrales, resistimos y defendimos derechos, aunque pedimos otros.
Para no hacer una larga auto referencia de dónde y contra quién estuvimos en la calle, déjenme nombrar lo que para mí fue el punto más alto de esta pelea: diciembre de 2017 y el estallido popular contra la reforma previsional. Sí, perdimos y una vez más atracaron a los jubilados. Pero para el macrismo fue una victoria a lo Pirro porque quedó al desnudo y comenzó su caída. Y para nosotros fue una enorme inyección de energía y una muestra de unidad como hace mucho tiempo no teníamos.
Hoy, luego de la gran victoria de octubre, otra vez estamos de pie detrás de nuestros sueños. Colaborando para afrontar la crisis heredada y la pandemia, dispuestos y dispuestas a reconquistar todo lo perdido.
El rol del Estado y el futuro del trabajo
En mi sector, en el Estado, aún estamos en lucha para recuperar áreas estratégicas para el país y sobre todo peleando incansablemente por la reincorporación de los despedidos y despedidas por la tercera reforma del Estado que intentó el gobierno macrista.
Soy optimista. Aún con el desastre causado por el neoliberalismo en la Argentina y las limitaciones que nos impone la coyuntura del encierro, y aún también teniendo en cuenta las ambiciones del capital que otra vez están a la ofensiva intentando aprovechar las circunstancias, como pueblo tomamos nota de los procesos.
Hoy el Estado es el reparador de sueños y es puesto en valor una vez más como el ordenador de la vida social. Pero sí, necesitamos un Estado del Siglo XXI, eficiente en su propósito de brindar bienestar, democrático y participativo. Y esta es la gran tarea que tiene un gobierno popular de acá en más. En este sentido, el Estado no puede funcionar sobre la base de desconocer derechos, sino más bien reconocerlos.
Es necesario terminar con los contratos basura y con la precarización laboral en todas sus formas. Es necesario además que los trabajadores y trabajadoras de los estados provinciales y municipales de todo el país cuenten con Convenios Colectivos de Trabajo, poniendo fin a los estatutos de la dictadura aún vigentes. Y sobre todo jerarquizar a los trabajadores y trabajadoras estatales de todas las áreas promoviendo su formación, estimulándolos con una perspectiva de desarrollo personal al servicio de las necesidades de su pueblo.
También es urgente romper el “techo de cristal” para que las compañeras puedan acceder a los puestos de jerarquía, en paridad con los hombres y terminar con la disparidad salarial.
Hace poco tiempo atrás, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) difundió un documento titulado el futuro del trabajo, donde se preguntaba sobre el impacto entre otras cosas de la nuevas tecnologías en las cadenas de valor y la generación y /o destrucción de empleo. Está claro que en gran medida este interrogante cobra gran relevancia por la instalación de hecho del teletrabajo por la cuarentena. ¿Cómo se resolverá esto de acá en adelante? Depende de nosotros y nosotras y nuestra capacidad de organización: si dejamos que el capital decida una vez más, algunos trabajarán más y la mayoría quedará desempleada. Pero si el acceso a la tecnología es democrático, todos y todas trabajaremos lo necesario y en mejores condiciones.
Por último, es importante referirnos al reparto de la riqueza que generamos colectivamente donde los trabajadores y trabajadoras tenemos el papel central porque, según la economía política, somos quienes generamos el valor con nuestro trabajo.
Desde nuestro interés como clase, nuestra herramienta son los Convenios Colectivos. Este es el momento en donde trabajadores y trabajadoras se sientan a discutir y acordar con los patrones, salarios y condiciones de trabajo. Reivindicamos esta herramienta por su capacidad de distribuir con justicia la riqueza que generamos como sociedad. El Estado, un Estado verdaderamente democrático debe estimular y proteger este ámbito donde se resuelven los conflictos.
Este 1 de Mayo honramos la memoria de nuestros compañeros y compañeras que dieron la vida por los derechos de todos y todas. En particular quiero homenajear a mis compañeras y compañeros trabajadores, secuestrados, desaparecidos, presos y exiliados durante la última dictadura cívico militar. Por ellos, ellas, y todos y todas las trabajadoras de mi patria, feliz día de lucha. Venceremos.