Aquí se reproduce el texto completo:
Los abajo firmantes ex Presidentes y Vicepresidentes
del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) nos
dirigimos a Ud. con el fin de hacerle llegar nuestro inmensa preocupación por la
situación en que se encuentra el organismo. Nuestra inquietud se proyecta en al
menos dos aspectos, ambos estrechamente relacionados de forma tal que no se
pueden dar garantías sanitarias nacionales o internacionales sin ambos
funcionando armónica y coordinadamente.
Por un lado, el Organismo, el SENASA, es la autoridad
de aplicación de la Ley NacionalNº 27.233. La ley mencionada expresa en su
artículo primero:
Se declara de interés nacional la sanidad de los
animales y los vegetales, así como la prevención, el control y la erradicación
de las enfermedades y de las plagas que afecten la producción silvoagropecuaria
nacional, la flora y la fauna, la calidad de las materias primas producto de
las actividades silvo-agrícolas, ganaderas y de la pesca, así como también la
producción, inocuidad y calidad de los agroalimentos, los insumos agropecuarios
específicos y el control de los residuos químicos y contaminantes químicos y
microbiológicos en los alimentos y el comercio nacional e internacional de
dichos productos y subproductos.
Quedan comprendidas en los alcances de la presente ley
las medidas sanitarias y fitosanitarias definidas en el Acuerdo sobre la
Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de la Organización Mundial
del Comercio (OMC), aprobado por la ley 24.425.
Esta declaración abarca todas las etapas de la
producción primaria, elaboración, transformación, transporte, comercialización
y consumo de agroalimentos y el control de los insumos y productos de origen
agropecuario que ingresen al país, así como también las producciones de
agricultura familiar o artesanales con destino a la comercialización, sujetas a
la jurisdicción de la autoridad sanitaria nacional.
Asimismo, la ley mencionada en su artículo segundo
expresa:
Se declaran de orden público las normas nacionales por
las cuales se instrumenta o reglamenta el desarrollo de las acciones destinadas
a preservar la sanidad animal y la protección de las especies de origen
vegetal, y la condición higiénico-sanitaria de los alimentos de origen
agropecuario con los alcances establecidos en el artículo anterior.
Estos dos artículos expresan claramente la importancia
del organismo rector de la sanidad animal y vegetal y de la inocuidad de los
alimentos en el ámbito de nuestro país.
No solo es de interés retórico o intelectual, es un
organismo cuyas funciones se han venido
ejecutando desde hace mas de 100 años. Las acciones en sanidad animal y sanidad
vegetal se iniciaron a finales del siglo XIX con las leyes de aftosa y de
combate de la langosta. Las funciones de control de la inocuidad de los
alimentos se iniciaron en la década del 30’ del siglo XX. Más allá, de la
organización administrativa que el Estado de la Nación Argentina haya dado a
las áreas responsables de los controles mencionados, los mismos, asi como los
controles sobre los insumos relacionados y necesarios, se han venido cumpliendo
ininterrumpidamente desde hace más de 120 años, desplegando su accionar a lo
largo y lo ancho del país.
Este trabajo intenso, desapercibido muchas veces por
la sociedad es el que ha permitido alcanzar los estatus sanitarios y
fitosanitarios reconocidos internacionalmente, que hoy dan a nuestros productos
ventajas competitivas nacionales e internacionales.
No se construyen estados de reconocimiento sanitario y
fitosanitario destruyendo.
Hasta este momento, lo único que se observa es despido
de personal calificado en funciones específicas.
¿Qué tipo de servicio se pretende con estas acciones?
Primero se desfinanciaron programas, luego se dieron
de baja aranceles por servicios prestados al sector privado y se limitó el
financiamiento del organismo fijado por ley,ahora se despide personal.
¿Cuál es el objetivo de este accionar?
El SENASA controló durante el año 2017 los productos
del mercado interno, los resguardos de los estatus sanitarios y fitosanitarios
nacionales y regionales, y la inocuidad de los alimentos que consumen nuestros
ciudadanos. Adicionalmente, fiscalizó exportaciones por 65 millones de
toneladas de cereales y oleaginosas, 15 millones de toneladas de frutas y
verduras y 1 millón y medio de toneladas de productos de origen animal.
Con gran preocupación vemos un desmembramiento
sistemático de áreas estratégicas del organismo. Por nuestra experiencia
podemos decir con certeza que no se desmiembra o destruye solo cerrando áreas y
esto nos lleva al segundo aspecto al que aludimos anteriormente.
El Organismo no es una cáscara vacía de Direcciones
Nacionales o Regiones. El Organismo es un servicio integrado por personas
idóneas, por eso puede dar garantías a nuestros consumidores nacionales, así
como a los consumidores internacionales.
La complejidad de las funciones, normas y controles
que lleva adelante el SENASA no se cumplen al azar, se cumplen porque detrás de
cada norma, detrás de cada control, hay personas, funcionarios, trabajadores
que se han formado en el propio Organismo.
Queremos hacer notar al señor Ministro que la
capacitación para las funciones que se cumplen en el SENASA no se aprenden sólo
en los grados o en los posgrados de las Universidades. Se aprenden en el
terreno, lidiando con las plagas, las enfermedades y la falta de inocuidad, recibiendo
capacitaciones específicas diseñadas por el propio Organismo para mejorar la
formación de sus trabajadores.
Deseamos recalcar que detrás de cada persona despedida
y mal tratada, hay trabajadores calificados, hay familias, hay vidas con
derechos conculcados.
Los despidos sin dar cumplimiento a las normas
vigentes, sin comunicarlo fehacientemente a las personas afectadas, enterándose
por listas que circulaban en las redes sociales, o sin dejarlos ingresar a su
lugar de trabajo, caracterizan malos tratos laborales.
Nos preocupa ver de que forma se deja inerme al Organismo.
Porque los despidos que se están produciendo no solo dejan a personas y
familias desguarnecidas, con la consiguiente falta de posibilidad de llevar una
vida digna, sino que también deja al SENASA sin las herramientas que necesita
para cumplir sus funciones.
Señor Ministro, se puede pensar que basta con
reemplazar cada trabajador echado por alguien nuevo. No es así, se están
echando trabajadores de 5, 10 o más años de trabajo en el Organismo. Se están
echando profesionales, técnicos y administrativos idóneos formados durante 5,
10 o mas años de trabajo, en tareas específicas, que no se aprenden fuera del
lugar del trabajo, ni en la actividad privada.
El cumplimiento de las funciones que el Estado encarga
a organismos como el SENASA, el INTA o el INTI, se focaliza en el bien común de
la sociedad, ya sea para el productor agropecuario, el empresario o la sociedad
en su conjunto al resguardar la inocuidad de los alimentos.
Por lo expuesto, consideramos que se deben reconsiderar
las acciones que se están llevando a cabo.
Se está dejando sin trabajo a cientos de personas, trabajadores
calificados, a los que se somete a malos tratos, poniéndose en riesgo la salud
de los argentinos y las ventajas competitivas de productores y empresarios.
Sin otro particular lo saludamos
Dr. JORGE AMAYA
Ing. DIANA GUILLEN
Ing. CARLOS CASAMIQUELA
Ing. CARLOS PAZ