La
primera mesa, coordinada por Horacio Fernández, director del instituto de
estudios de ATE, abordó diversas temáticas relacionadas con reflexiones sobre
el Estado, la realidad regional, el proyecto de gobierno de “Modernizar” el
Estado, la experiencia uruguaya sobre los tratados internacionales y el Estado
que necesita la clase trabajadora.
Ariel
Pennisi, licenciado en comunicación social y docente universitario, abordó la
temática del “Estado Posnacional” –según la propuesta del investigador Ignacio
Lewkowics- conformado por una nación compuesta de público o gente y no de clase
o pueblo, de consumidores y no de ciudadanos. Una nación dependiente más del
espectáculo y el relato que de su historia; más identificada con sus
celebridades que con sus próceres.
A
su turno, la dirigente sindical de la COFE, Confederación de Organizaciones de
funcionarios del Estado-Uruguay, Matilde Abin relató la experiencia de su
sindicato y la central PIT-CNT contra la inclusión de Uruguay en el Acuerdo
sobre el Comercio Internacional de Servicios (TISA). La representante de los
estatales del país vecino detalló cómo, tras enterarse por los medios de la
intención gubernamental de sumarse al TISA, los trabajadores mediante
organización y lucha pudieron torcerle el brazo al gobierno hasta que se retiro
de ese acuerdo supranacional y los perjuicios que le hubiera ocasionado a su
país.
Los
jóvenes integrantes del IDEP, Martín Astarita y Jimena Rubio, analizaron la
propuesta del gobierno de Macri de modernizar el Estado a través del decreto
434 y la creación del Ministerio del mismo nombre.
Martín
Astarita hizo hincapié en que el concepto de modernización, lejos de ser
novedoso, ya fue usado durante los gobiernos de Menem, De la Rúa y Kirchner con
la intención de llevar adelante determinadas reformas. Caracterizó también que
la modernización de Macri apunta a un gobierno de CEOs (directivos de
empresas), a una gestión “con resultados” y a la visión de que el Estado actual
atrasa con respecto a la evolución de las empresas. En definitiva, lógica
empresarial y poder a los gerentes.
La
investigadora Jimena Rubio, por su parte, describió los cambios en la
mentalidad gubernamental donde los ciudadanos son clientes, los funcionarios no
deben ser políticos ni militantes, el Estado no debe gastar tanto en personal y
su finalidad es garantizar el funcionamiento del mercado.
Finalmente
destacaron que, a pesar de esas intenciones, el poder ejecutivo aumentó el número
de ministerios, secretarias y subsecretarias y la cantidad de nuevos
funcionarios. Eso sí, nada de “grasa militante” sino exitosos hombres de la
actividad empresarial.
El
Secretario General adjunto de la CTA Autónoma, Ricardo Peidro, analizó, desde su
experiencia como representante de trabajadores de la actividad privada más
cruel –la farmacéutica-, las propuestas del gobierno de Macri y sus semejanzas.
Así contrastó la visión de un Estado que garantice la justicia social contra
uno que garantice los privilegios; la de un Estado que medie entre los sectores
contra otro que disciplina a la clase trabajadora y no regule el mercado.
Para
finalizar destacó la necesidad de contrarrestar esa visión del Estado
empresarial con una estrategia de poder desde la clase trabajadora que permita
construir el Estado que merecemos y necesitamos.