La
discusión paritaria entre los trabajadores del Estado y gobiernos ya comenzó.
No de manera oficial, pero si en la rosca impulsada por la administración Macri
para que gobernadores, y luego intendentes, no fijen aumentos superiores al
índice inflacionario del 17% establecido en el presupuesto para este año.
“Nosotros
estamos en desacuerdo con las pautas y mucho más con los techos”, desafía Mario
Muñoz, Secretario Gremial de ATE. “Creemos en la libre discusión paritaria,
cara a cara con los funcionarios”, agrega.
El
dirigente explica que los trabajadores del Estado, sobre todo, tienen salarios
muy disímiles como para fijarles por igual un mismo aumento. Principalmente,
porque entre ellos se encuentran miles de municipales que no alcanzan el
salario mínimo vital y móvil.
Si
la regla indica que los gobernadores esperan las paritarias nacionales y los
intendentes las paritarias de los gobernadores, el municipio de Cutral Có, en
Neuquén, es la excepción. Allí, días atrás, el Secretario General de ATE,
Sergio Valenzuela, firmó un acuerdo que rompió nuevamente todo pronóstico: un
20% de aumento de enero a junio más un 15% de julio a diciembre.
“Para
nosotros Cutral Có es el ejemplo de que una buena acción gremial puede lograr
un incremento muy superior al que intenta fijar el gobierno nacional”, dice Muñoz.
Según
los cálculos más favorables al gobierno de Macri, el año pasado los
trabajadores del Estado perdieron entre un 8 y 12 por ciento de poder
adquisitivo. Los más desfavorables hablan de más de un 20 por ciento.
“A
eso hay que sumarle la inflación proyectada para 2017. El gobierno habla de un
17%, pero las consultoras la ubican en un 25%”, sostiene Muñoz.
Para
el Secretario Gremial, el acuerdo de ATE Cutral Có beneficia, en especial, al
pueblo que gozará de sus derechos sin sobresaltos. Al menos que el índice
inflacionario supere el convenio alcanzado. En ese caso, tal como se estableció
en el acuerdo, las partes deberán volverse a juntar.