ATE

Mientras el gobierno informa que la/os trabajadora/es tienen salarios de 90.000 pesos, la delegada lo desmintió y dijo que en realidad varían entre 36.000 y 55.000 pesos.

En una entrevista realizada a Yamila Sierra, enfermera de la Unidad de Terapia Intensiva Coronaria del Hospital de Niños de Córdoba y delegada de ATE Córdoba, alertó acerca de la situación crítica del nosocomio, “compartida con muchos otros Hospitales de la Provincia, con los que venimos intercambiando”», alertó.

El discurso oficial del Gobierno Provincial, de hace varios meses a esta fecha, sostiene que “en Córdoba sobran camas”, que “los trabajadores tienen salarios por encima de los 90 mil pesos”, que “se contrataría nuevo personal para enfrentar la segunda ola”.

En lugar de ello, quienes hoy trabajan en Hospitales provinciales se encuentran sobrecargados, gran parte de ellos y ellas cobrando salarios de entre 36 y 55 mil pesos -en el caso que posean antigüedad-, con despedidos/as que, a pesar de los reclamos, no han sido reincorporados; con traslados compulsivos -como los de residentes de esta semana, que finalmente el Gobierno dio marcha atrás ante la masiva ola de protestas que desató-; con faltante de camas, colchones, instrumental y demás insumos básicos para la atención de la población con COVID y otras patologías; con personal debiendo atender a pacientes en los pasillo porque no hay habitaciones disponibles -llegando a tener que realizar maniobras de reanimación y lamentar un deceso en estas condiciones, como sucedió en un Hospital de la capital cordobesa.

Ante esta situación, Sierra, enfermera de la Unidad de Terapia Intensiva Coronaria (UCCO) del Hospital de Niños de Córdoba y delegada de ATE, fue entrevistada en el programa “Nada de otro Mundo” que conduce Cristian Maldonado por la FM 102.3 de Córdoba Capital, donde describió la crítica situación del nosocomio: el vaciamiento institucional, la falta de personal, insumos y hasta colchones; las trabajadoras y trabajadores exhaustos, algunos sin vacaciones desde 2019, que aguardan, además de la incorporación de más personal con quien realizar la infinidad de tareas que exige la atención de la salud en el establecimiento, la reincorporación de las 3 personas de enfermería de terapia que fueron despedidas en Semana Santa, cuando el caos de la segunda ola de contagios se avecinaba de manera inexorable; Sierra también habla de la convocatoria a personal con comorbilidades, del maltrato que experimentan las trabajadoras y trabajadores de la salud en todos los establecimientos de la Provincia, desde la experiencia particular del Hospital de Niños de Córdoba, entre otros temas.

Sierra también dijo que durante este año ha habido un incremento importante de pacientes con otras patologías distintas a COVID-19. Además del aumento del que estamos todos y todas anoticiadas con respecto a la atención e internaciones por coronavirus, tanto de nuestros pacientes como de quienes componen su grupo familiar, hoy tenemos una terapia intensiva con 14 camas, con personas con patologías no necesariamente COVID: respiratorias, en atención por un post-quirúrgico inmediato, con ventilación mecánica en buena parte de los casos. Es muy preocupante porque la infraestructura del Hospital de Niños no permite un adecuado distanciamiento para que haya tantos pacientes, la circulación desregulada de padres y madres y la falta de personal”, apuntó.

En guardia están recibiendo una demanda total altísima de entre 150 y 200 pacientes diarios muchos de ellos con patologías febriles que son derivados a la carpa ubicada afuera donde se mezclan febriles con y sin coronavirus; los restantes pacientes son cirugías programadas, urgencias que arriban al Hospital de Niños, entre otros.

Ante esta realidad compleja Sierra enfatizó que “no tenemos camas, y no solo eso, no tenemos siquiera colchones, ropa de cama. Este fin de semana largo quisieron abrir un sector más por la crítica situación: pero no solamente no hay personal de enfermería, no hay colchones, como dijimos. Hay un lugar que es un lavadero donde hay una persona sola trabajando tipo esclavo desde 2019, sin vacaciones, con colchones que ya no pueden ser reutilizados amontonados para ser quemados”. “A él le han dicho que comprarán “un par de colchones” y ello es preocupante. Quieren abrir lugares donde no hay siquiera aparatos requeribles de primera necesidad, como un saturómetro. Y esta es una realidad que nos está pasando a todos los Hospitales, donde no nos están cuidando ni a nosotros ni a la población”, subrayó.

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