Bell
Ville es una ciudad al sudeste de la provincia de Córdoba, ubicada a 200 kilómetros
de la capital y otro tanto de Rosario. Durante la década del ’90, fue una seccional
de pujante lucha que la destrucción del Estado y la aniquilación de los puestos
de trabajo apagaron como a una llama.
Así
lo recordó la Secretaria General de ATE Córdoba, Liliana Salerno, quien
organizó el acto acompañada de Oscar Mengarelli, miembro de la comisión
normalizadora nacional de jubilados (ex Secretario General de ATE y CTA en la
provincia) y hasta Pablo Álvarez, un histórico delegado del municipio que
participó en 1991 de la fundación de Congreso de los Trabajadores Argentinos,
posteriormente CTA.
Sin
embargo, la creciente afiliación de trabajadores del municipio a ATE -como ocurre
en todo el país- logró revertir aquella situación. Hoy el sindicato formalizó a
Bell Ville como delegación, con la inauguración de su sede.
Hasta
allí arribó el Secretario General de ATE, Hugo Godoy, quien expresó que la
premisa de reinventar el sindicato que tiñe su conducción tiene como objetivo
alcanzar los 400 mil afiliados, las 300 seccionales y la elección de delegados
en todos los sectores de trabajo.
“Bell
Ville es el ejemplo de que no nos equivocamos en el rumbo ni en la apertura del
sindicato para que todos aquellos afiliados que años atrás no conocíamos y
ahora protagonizan el crecimiento. Hay que confiar en la clase trabajadora”,
sentenció el dirigente.
Y
auguró ante los presentes, mayormente trabajadores municipales, que ATE bregará
para que el sector deje de ser el último orejón del tarro en el Estado. Al que
se le niega convenio colectivo, salario mínimo y una asignación familiar
equivalente a la percibida por los estatales nacionales.
A
su lado se encontraba Fernando Mercado, Secretario General de la seccional
Villa María. El dirigente advirtió que “ATE no llega a la ciudad a robarle afiliados
a nadie”, sino para representar a todos aquellos trabajadores que no se sienten
representados.
“El
Estado es un solo. Pero la administración municipal es la más castigada. Cada
intendente se siente dueño de las ciudades. Es difícil discutir con ellos. Nosotros
venimos a dialogar, pero sepan, que vinimos para quedarnos y no abandonar
ninguna pelea”, remató.