Esta mañana
en la sede de ATE Misiones, se realizó una conferencia de prensa con la
finalidad de hacer pública una investigación del sindicato, a través de la cual
se pudo determinar en principio, que las dos personas camufladas de
trabajadores de prensa que se infiltraron en una reciente manifestación en la
Plaza 9 de Julio (Posadas), eran efectivos policiales, tal cual se sospechó al
no contar estas personas – que filmaron y entrevistaron a trabajadores en
lucha- con identificación de medio alguno ni saber contestar cuando se les
consultó al respecto.
En este
sentido, se conocieron los nombres de los cabos infiltrados, pruebas que el
gremio pondrá a consideración de la Justicia. Pero además, fuentes que el
gremio mantendrá bajo absoluta reserva, brindaron información que señala la
existencia de una estructura dentro de la Policía de Misiones, que se dedica a
seguir, espiar y filmar a organizaciones
y dirigentes sociales.
“Queremos saber para qué nos espían”
César
Fariña, secretario general de ATE, detalló: “el pasado 4 de marzo cuando
estábamos haciendo un acampe de trabajadores, me acerqué a dos personas que
estaban haciendo filmaciones de rostros y entrevistas, les pregunté para que
medio trabajaban y no supieron contestar. Tampoco ninguno de los trabajadores de
prensa que estaban en la plaza conocía a estas personas. Iniciamos una
investigación y llegamos a la conclusión de que estas personas pertenecen a la
Policía de Misiones. Además pertenecerían a una estructura que está destinada a
seguir y espiar a las organizaciones. Esto nos lleva a hacer la denuncia
pública para resguardar la integridad de todos los integrantes de ATE y sus
familias, hacemos responsable al ministro de gobierno de la Provincia y
exigimos que inmediatamente se aclare esta cuestión y se desmantele esta
estructura. Queremos saber para qué nos filman, porqué se infiltran en nuestras
asambleas y actividades, qué hacen luego con ese material”.
Además, el
titular de ATE Misiones recordó que “ya el año pasado, el 2 de julio más
precisamente, detectamos un policía camuflado de trabajador en un acampe de
trabajadores municipales en Aristóbulo del Valle. Hemos sufrido atentados en
casas particulares de dirigentes como el caso de Koki Duarte en Oberá, el robo
de una caja fuerte en nuestra sede de ATE y el reciente secuestro del hijo de
nuestra secretaria de organización a nivel nacional por parte de policías
bonaerenses. Todo esto se encadena en prácticas de espionaje a organizaciones
sociales que no estamos dispuestos a seguir soportando en plena democracia”.