ATE, con la representación de la Directora de Género a nivel
nacional, Marta Galante, estuvo presente en la tercera audiencia a la justicia
patriarcal, en una serie que se inició en el Encuentro de Mujeres en Chaco y
finalizará el 8 de marzo del próximo año. Participó Reina Maraz, cuya libertad
fue la demostración plena de lo que se logra con la lucha de mujeres contra las
condenas injustas.
Un informe realizado por Marcha sobre esta tercera audiencia
narra que el martes 28 de noviembre, en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de
mujeres se acercó para compartir su experiencia, para contar sobre sus casos y
para continuar sumando testimonios para el gran Juicio que culminará el 8 de
marzo.
El Juicio a la Justicia Patriarcal por parte del Tribunal
Ético Popular Feminista es una iniciativa impulsada por Feministas del Abya
Yala y convocada también por la Campaña Nacional contra las Violencias Hacia
las Mujeres y ATE y la CTA Autónoma son parte activa del mismo.
Se trata de un
proceso colectivo en construcción que se propone abordar los impactos del
sistema de justicia patriarcal sobre la vida, los cuerpos y territorios de las
mujeres, lesbianas, e identidades femeninas trans y travestis de diferentes
países de América Latina y El Caribe. En ese contexto, el tribunal irá
develando las consecuencias de las múltiples violencias que se entrelazan con
las violencias racistas, capitalistas, coloniales, imperialistas.
Las audiencias comenzaron en el marco del 32º Encuentro Nacional
de Mujeres, en Resistencia, Chaco.
En esa ocasión, las mujeres de ATE Azul presentaron el caso
de Cristina Santillán, la enfermera municipal que fue condenada a 7 años de
prisión por defenderse de su agresor, quien durante 40 años la sometió a todo
tipo de violencias. En esa ocasión, también estuvo presente una compañera de
Laura Iglesias, quien era trabajadora del Patronato de Liberados Bonaerense en
Miramar, y fue violada, torturada y asesinada en el contexto de su trabajo.
El Tribunal continuará sesionando hasta la semana del 2 de
marzo de 2018, segundo aniversario del crimen de Berta Cáceres coordinadora
general de COPINH, al 8 de marzo, aniversario del crimen de las niñas de Guatemala.
A partir de las denuncias concretas de algunas historias de
vida, esta iniciativa se propone ejemplificar y analizar en términos más
amplios las violaciones de los derechos humanos de cuerpos feminizados y el
lugar específico del sistema de justicia en su realización y legitimación. Y
también a través del análisis de distintas especialistas, se intentará
sistematizar el proceso y arribar a conclusiones. El tribunal cuenta con
feministas de toda Latinoamérica, entre Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo
(LF); Liliana Daunes (Periodista Feminista), Marta Dillon (periodista
feminista), Nina Brugo (Abogada Feminista)
Nalu Faría (Marcha Mundial de Mujeres-Brasil), etc.
el Tribunal comenzó a organizar la información surgida de las denuncias para
hilar los sentidos profundos de las mismas, al mismo tiempo se propone
propiciar instancias participativas de exigibilidad de derechos. En esa
ocasión, participaron dirigentes de ATE y de la CTA-A de todo el país.
"No es fácil como mujeres campesinas, pero nos ponemos
fuertes”
En esta oportunidad, brindaron su testimonio en el espacio
Tierra Violeta de la Ciudad de Buenos Aires, Maira Alvarado, de la Red
Campesina del Bajo Aguán, Honduras, y
Reina Maraz, quien había sido condenada injustamente con cadena perpetua por
defenderse de su marido violento, y que fue liberada luego de una prolongada
lucha por parte de las mujeres para que se reconociera su inocencia. Reina
habla solamente quechua y no había tenido la posibilidad de contar con
intérprete, por lo que nunca pudo defenderse de manera justa.
También manifestó su análisis Cristina Castro, parte del
equipo de investigación Fals Borda, de Colombia, y miembro del jurado del
Tribunal.
A días de haber comenzado el juicio contra Daiana Gorosito
(acusada de ser cómplice del asesinato de su hija Selene, quien perpetuo su ex
pareja violenta) en Córdoba, el Tribunal resolvió que haría un monitoreo
feminista del desarrollo y movilizará en las calles para que los magistrados no
cometan injusticias en nombre del patriarcado.
El primer testimonio lo dio Maira, quien contó que la Red
Campesina de Mujeres se inició: “Estamos en una organización en la que luchamos
por el territorio, y también por el territorio cuerpo. Por ser una organización
mixta, también luchamos hacia adentro contra el machismo y la misoginia”.
La toma de tierra se produjo en 2009, un tiempo después del
golpe de Estado contra el entonces presidente Manuel Zelaya, donde la crisis se
agudizó y el hambre empezó a apretar.
Desde ese entonces, contó Maira, “son 128 campesinos
asesinados por las fuerzas de seguridad sólo en ese territorio. Y hace un
tiempo asesinaron a un niño de 13 años”. La simetría se hace inevitable con el
asesinato reciente del mapuche Rafael Nahuel en manos de la Gendarmería durante
un violento desalojo y Maira trajo su solidaridad: “Llena de más fuerza saber
que la lucha que estamos haciendo allá por la tierra la están haciendo las
compañeras y los compañeros de acá. Y también da mucha indignación por eso nos
solidarizamos, hay que crear alianzas y salir adelante”.
Maira habló también de los asesinatos de mujeres en Honduras
por defender sus tierras y trajo sus nombres al espacio: Margarita Murillo,
Magdalena Morano y, más recientemente, el de Berta Cáceres. “No es fácil como
mujeres campesinas, pero nos ponemos fuertes. A nosotras nos afecta más porque
nos ocupamos también de ver en medio de la lucha como mandar a nuestros hijos e
hijas a la escuela, como les damos salud”.
Por último invitó a “pedirles la rebeldía rebeldía nuestras
ancestras”.
“La unidad de las mujeres nos hace a todas poderosas”
vistió con sus ropas de cholita porque durante todo el período judicial le
negaron su identidad. Gilma, una de sus compañeras, hizo de intérprete (de
intérprete compañera) y Reina habló, orgullosa, en quechua. “No pensaba nunca
estar aquí después de los casi seis años en los que estuve presa”.
Después agradeció el acompañamiento: “Todas las compañeras
me ayudaron un montón”. Y finalizó: “Todo se puede. Como lucharon ustedes, yo
voy a luchar”.
Respecto de la falta de intérpretes de lenguas originarias
(sí existen para inglés, francés y hasta alemán), Gilma contó: “justo se trata de las
mujeres que somos más pobres y así Reina no podía levantar la voz ni
defenderse”. Y concluyó: “La unidad de las mujeres nos hace a todas poderosas”.
Cristina Castro participó de la primera audiencia, por eso
leyó un breve informe en el que destacó la necesidad de la justicia de los
pueblos y de las mujeres contra la vigente, de corte netamente patriarcal,
donde es necesario escuchar “la verdad de la voz de las mujeres”.
Por último, planteó la necesidad de la “verdad y reparación
como componente adicional a la Justicia”.
Para cerrar, Claudia Korol, habló de la idea de avanzar con
audiencias temáticas después de que terminen estas primeras el 8 de marzo. El
motivo: que se encuentran puntos en común en las injusticias contra las mujeres
y que es necesario tejer lazos en toda Latinoamérica porque “nos solidarizamos
con lo que conocemos y al conocernos, le ponemos rostros a nuestros abrazos”.
Fuente: Marcha