ATE

Editorial de Hugo «Cachorro» Godoy, Secretario General de ATE, publicada en la edición mayo-junio 2022 de El Trabajador del Estado.

Esta propuesta de reforma del Estatuto, que los representantes del Consejo Directivo Nacional de ATE formalmente presentamos  en el 53º Congreso Extraordinario de nuestra organización, y que fue aprobado por amplia mayoría – de 198 Congresales sólo 32 se abstuvieron-, es en realidad el producto del aporte y la elaboración colectiva que, a lo largo de seis años, hemos venido realizando en todos los ámbitos de nuestra organización.

Esta propuesta ha sido tratada en dos Confederales –el de 2018 y el de 2022-, así como también en las Comisiones Directivas de las 178 Seccionales y en sus asambleas, en los 24 Consejos Directivos Provinciales, en los Encuentros de Jóvenes y en los Encuentros de Mujeres y Diversidades de nuestro sindicato, y ha sido debatida con las diversas corrientes políticas que anidan en nuestra organización.

Es por esta génesis democrática, además de por sus contenidos, que estamos tan orgullosos. Orgullosos del profundo debate que hemos tenido y de la riqueza del mismo, porque sin ningún lugar a dudas pone a ATE, una vez más, a la vanguardia de las discusiones y de las transformaciones necesarias que las organizaciones de las y los trabajadores tenemos en este tiempo frente a los desafíos de ampliar los niveles de participación, de fortalecer el protagonismo de esas y esos trabajadores, de su consolidación organizativa y enraizamiento en el territorio nacional.

Hacemos esta reforma del Estatuto en un tiempo en el que debemos ser capaces, con el conjunto del campo popular, de profundizar los mecanismos de protagonismo de nuestro pueblo.

Tras la dura resistencia a las políticas neoliberales expresadas por el macrismo –que fue iniciada por nuestra organización el 24 de febrero de 2016 parando y reventando la Plaza de Mayo y todas las plazas del país, desencadenando así un proceso de movilizaciones populares que culminaron con la derrota electoral del macrismo- pudimos en el 2019 abrir un tiempo de esperanza que ahora debemos profundizar. Esa profundización sólo será garantizada por el fortalecimiento de las organizaciones libres del pueblo y, en particular, de las organizaciones sindicales y del conjunto de la clase trabajadora.

Y así como decimos que en la sociedad los males de la democracia se habrán de resolver con más democracia, entendemos que el fortalecimiento de nuestro gremio también pasa por fortalecer la democracia interna, consolidando la perspectiva de un gremio federal enraizado a lo largo y ancho de todo el territorio nacional en el cual los protagonistas principales sean los cuerpos de Delegados y Delegadas.

Es por eso que en este nuevo Estatuto reafirmamos que las Juntas Internas y sus Delegados y Delegadas son la estructura principal de la organización, y que además son la base principal para la creación de nuevas Seccionales que consoliden la presencia territorial de nuestro  gremio, fortaleciendo la unidad de trabajadores y trabajadoras estatales municipales, provinciales, nacionales y de empresas mixtas en cada metro cuadrado de nuestro país.

Necesariamente, el camino de federalización que implica la organización territorial requiere de una organización nacional que integre todos los debates y que sea capaz de sintetizar una perspectiva de estrategia nacional de los trabajadores y las trabajadoras estatales. Por eso se adoptan criterios para fortalecer los Consejos Directivos Provinciales con un mayor aporte de la coparticipación de recursos cedido por el Consejo Directivo Nacional en pos de seguir incentivando la creación de nuevas Seccionales. El CDN destinará un 20% de su participación en la cuota sindical a los Consejos Directivos Provinciales.

Por eso se apunta al fortalecimiento de la autonomía relativa de las Juntas Internas de Delegados y Delegadas. Por eso se ratifica la pertenencia a la CTA Autónoma como principal aporte de nuestra organización a la construcción de un nuevo modelo sindical y a una nueva centralidad de la clase trabajadora en el debate político nacional. Por eso buscamos también garantizar el más alto grado de participación plena, equitativa, igualitaria y con alternancia entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de representación de nuestro gremio.

Este último punto posibilitará, entre otras cosas, la consolidación de uno de los datos colectivos más importantes y transformadores que se han producido en estos 40 años de democracia, que es el protagonismo de la mujer en la vida de todas las instituciones de nuestra sociedad.

Porque Argentina es el único país donde, año a año, desde la recuperación de la democracia, se realizan Encuentros de Mujeres, que hicieron crecer la conciencia y la unidad del movimiento, y empujar las necesarias transformaciones culturales en toda la sociedad. Un movimiento que en los años del macrismo explotó, con la lucha por Ni Una Menos y por el Aborto Legal, con los Paros Nacionales e Internacionales Feministas, y que va a seguir teniendo influencia, y en el que ATE y la CTA-A fueron y son protagonistas.

Son cuestiones tienen que ver con un gremio que siempre está para las y los trabajadores del Estado, pero que es promotor constante de la organización popular y de las transformaciones que necesitamos.

Y desde esa perspectiva, a partir de esta reforma del Estatuto, volvemos a ser pioneros al ser el primer sindicato en incorporar a su herramienta fundamental al Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo sobre violencia y acoso en el mundo del Trabajo.

Se trata de una herramienta fundamental para trabajar para la eliminación de la violencia y la discriminación por identidad de género y orientación sexual. También nos comprometemos, a partir de esta incorporación, a propiciar Convenios Colectivos de Trabajo con perspectiva de género.

Por eso también es de destacar la importancia de ampliar el número de Secretarías tanto en el ámbito nacional, como provincial y seccional a través de la Secretaría de Género y Diversidades, de la Secretaría de Derechos Humanos, de la Secretaría de Convenios Colectivos, así como la responsabilidad de seguir abriendo Departamentos como ámbitos de participación para que el conjunto de realidades a atender por nuestro gremio sea contenido organizativamente.

Además, en el ámbito de los Consejos Directivos Provinciales y Consejo Directivo de la Ciudad de Buenos Aires se promoverá con fuerza la creación de Secretarías de Salud e Higiene Laboral, línea de trabajo que se fortaleció, a nivel nacional, de las provincias y seccionales, de forma extraordinaria durante la pandemia, cuando fuimos capaces de mantener abierto y movilizado al sindicato en esos momentos difíciles, y desarrollar estrategias para enfrentar al Covid-19.

Todos estos cambios fortalecerán y consolidarán la democracia interna y el federalismo de nuestra organización y, fundamentalmente, permitirán incluir a las diversidades para que puedan ser parte de un proyecto nacional que las unifique. Esto es lo que hará que ATE siga siendo reconocido y valorado no sólo por su capacidad de representación corporativa, sino también por la de ser portador de una propuesta de liberación nacional expresada en la perspectiva de construir un Estado democrático y popular al servicio de las mayorías populares.

Este largo y riquísimo proceso de debate, y esta multiplicidad de modificaciones –casi el 40 por ciento de los artículos del Estatuto han tenido cambios- demuestra la profundidad de la reforma.

Como siempre, y seguramente, es probable que no todas las expectativas queden plenamente alcanzadas. Seguramente quedarán pendientes de debate temas que las nuevas generaciones de dirigentes y dirigentas de nuestro gremio serán capaces de ir procesando y sintetizando para nuevas mejoras del Estatuto.

Pero en este tiempo tan particular en el que estamos asediados por guerras y disputas que se generan en el mundo y que agudizan la crisis humanitaria que atravesamos, y en el que la incertidumbre de paradigmas a construir y el desafío que tenemos las y los trabajadores de ser capaces de seguir siendo portadores de una propuesta de una nueva sociabilidad alternativa al sistema capitalista, reformar el Estatuto de nuestro gremio en estas direcciones es también la garantía de fortalecer a nuestra ATE como instrumento principal en el aporte a un proceso emancipador de nuestra Patria y en pos de la construcción de la Patria Grande que una a los pueblos de América Latina y del Caribe.

NOTICIAS RELACIONADAS