Con esta
postura, los dueños de La Nación intentan presionar para que la impunidad reine
otra vez en nuestro país y reinstalar la “teoría de los dos demonios”,
equiparando la lucha y la resistencia de toda una generación, con el accionar
represivo de los militares.
La Nación, que durante la dictadura funcionó como medio de comunicación oficial
de los perpetradores del terrorismo de Estado, busca también cercenar la
historia de este país, impulsando la desmemoria y cortando la posibilidad de
que las generaciones más jóvenes conozcan la realidad argentina.
Ante este
atropello, cabe resaltar la actitud de los trabajadores y las trabajadoras del
diario, quienes rechazaron, a través de un comunicado, “la lógica que pretende
construir el editorial de hoy, que en nada nos representa, al igualar a las
víctimas del terrorismo de Estado y el accionar de la Justicia en busca de
reparación en los casos de delitos de lesa humanidad, con los castigos a presos
comunes y con una ‘cultura de la venganza’”.