Has marzo del 2013, momento en que fue despedida,
la trabajadora municipal también se desempeñaba como delegada de la ATE. Como
tal había denunciado en varias ocasiones la persecución laboral, ejercida
directamente por el mismo intendente, quién también en represalia por su
actividad, en forma reiterada la cambiaba de puesto de trabajo.
Entonces la compañera decidió hacer una presentación
en la Justicia provincial que después de considerar y convalidar lo denunciado
ordenó inmediatamente su restitución en el cargo. En su resolución la Justicia
también ordenó a la comuna de Saujil abonarle a Cativa todos los salarios
adeudados.