ATE

Pronunciamiento de Hugo “Cachorro” Godoy, Secretario General de ATE durante la reunión convocada por la Comisión Ejecutiva Nacional de la CTA-A.

Es
importante que empecemos por reconocernos y valorarnos entre nosotros, porque
mas allá de los matices y en un tiempo político de muchas incertidumbres, hay
algo que nos une y al mismo tiempo nos refuerza: la certeza de que la clase
trabajadora aporte al proceso de reunificación del movimiento popular y que sea
capaz de construir un nuevo modelo sindical en la Argentina.

Es en esa
perspectiva el valor que tiene la CTA Autónoma, el nivel de unidad y confianza
política que expresamos los aquí presentes, en un momento en que votamos cosas
tan importantes como convocarnos a un congreso ordinario y extraordinario donde
vamos a ratificar un rumbo de esta Central.

En segundo
lugar quería agradecer que se haya hecho un recordatorio del Paro Nacional de
ATE del 24 de febrero de 2016 que, sin ninguna duda para los trabajadores
estatales es un hito en nuestra historia, porque en un momento en que parecía
que a un gobierno recién votado no había que hacerle ninguna advertencia ni
ningún cuestionamiento, lo hicimos igual. Fue también un hito importante para
ATE porque fuimos acompañados por múltiples organizaciones populares, nos ayudó
a alimentar este tiempo de resistencia y debatir cuál es el modelo sindical que
había que construir y cuál la unidad a construir para no ser furgón de cola de
otro proyecto que nos lleve a caminos sin salida.

Otro momento
importante de nuestra historia reciente fue el 6 de diciembre del año pasado.
Primero porque la convocatoria que hicimos desde la CTA nos permitió agruparnos
con un conjunto de organizaciones que, como dije durante el acto del 15 de
febrero, no hay ningún empresario sindicalista ni temor a ningún carpetazo, hay
confianza de ir construyendo una perspectiva de bloque político sindical con
organizaciones que no son parte de la CTA-A, como el tridente de San Cayetano y
otras organizaciones sociales y sindicatos como los trabajadores del Neumático,
Aceiteros, Sipreba, ferroviarios y docentes entre muchos más.

En octubre
del 2017, con el triunfo electoral de Macri se prolongó el acuerdo del gobierno
Nacional con los gobernadores por el Pacto fiscal. Inmediatamente después de
eso y a pesar de que hicimos un paro nacional, la CGT quiso auto erigirse en
representante de toda la clase trabajadora y utilizó la fuerza de ese paro para
negociar no sólo el proyecto de Reforma Laboral sino también la otra parte
escondida en el Pacto Fiscal como la ley de Reforma Impositiva y Previsional.
Era un momento en que parecía que la gobernabilidad del poder caminaba por una
autopista que podía pasar por encima cualquier oposición.

En ese
momento con la CTA-A nos reunimos junto a organizaciones sociales y sindicales
en la primera quincena de noviembre y entre todos convocamos al paro y
movilización del 6 de diciembre. Eso disparó en otras iniciativas y ayudó a
alimentar la crisis en la propia CGT, que produjo entre otras cosas la
movilización del 29 de noviembre. Y también abrimos el camino a las masivas jornadas
del 14 y 18 de diciembre contra la Reforma Previsional.

El 14 de
diciembre fue una triple victoria. Primero porque tuvieron que postergar el
tratamiento de la Reforma Laboral; segundo porque no pudieron aprobar ese día
le Ley Previsional, y tercero porque intentaron instalar y legitimar la
ocupación militar de las cuatro fuerzas federales en Capital Federal como ya
habían hecho dos meses antes en la Patagonia, que produjo la desaparición de
Santiago Maldonado y el asesinato de Nahuel Rafael. Ese día fracasó la
legitimación de la represión.

Algo tuvimos
que ver, porque si la CTA-A no hubiera convocado el paro del 6 de diciembre, el
acuerdo del Gobierno con la CGT y los gobernadores se hubiera consolidado y
legitimado. Fuimos parte, no exclusivos, para empantanarle la política de
reforma eterna que plantea Macri contra nuestro pueblo.

Fruto de la confianza
y la coherencia, las organizaciones sociales y sindicales fijamos objetivos y
tomamos decisiones. Porque la CTA-A no es hegemónica, discutimos lo que vamos a
hacer. Dónde nos ponemos de acuerdo, hasta dónde podemos llegar juntos y dónde
no, pero lo hacemos cara a cara con los compañeros. Este reagrupamiento, que
todavía es inestable, es parte de la estrategia de construcción de unidad,
porque para nosotros la unidad es un valor importante y no es ir detrás de
nadie sino ser parte de las discusiones respetando a los otros y que nos
respeten.

Nos podrán
decir cualquier cosa pero nosotros durante 12 años no trabajamos para
fragmentar el campo popular, y desde hace 2 años y medio no hemos faltado a
ninguna cita de pelea contra este gobierno.

En esa
perspectiva, este congreso extraordinario que vamos a realizar el 16 de marzo
tiene una configuración estratégica. Para reconstruir una dirección política
tenemos que hacerla con la mayoría de la CTA-A, porque ese es nuestro primer
nivel de confianza para después avanzar en acuerdos con otros.

Va a ser un
camino con mucha incertidumbre, porque el Congreso trucho al que convocaron el
17 de marzo en Mar del Plata tiene la intención de instrumentar una aparente
legalidad, pero que todos sabemos que sólo apuestan al daño y a la confusión,
con dirigentes que no respetan la democracia interna, desprecian la autonomía y
relegan el debate abierto y pleno de compañeros y compañeras.

Enfrentamos
al capitalismo y no tenemos un modelo alternativo para proponerle a la
humanidad. Pero ese camino alternativo será desde la clase trabajadora,
construyendo las respuestas a la pelea contra Macri con propuestas que
imperiosamente necesita toda la sociedad argentina.

Hoy la
verdadera confianza está acá, con los compañeros azucareros con quienes
marchamos juntos, y como dijimos con quienes nos movilizamos el 6 de diciembre
y el 15 de febrero. ¿Qué pasa con los que fueron a otras marchas?. Hay que
discutir política y si no nos ponemos de acuerdo nos daremos de más tiempo para
buscar más consenso.

Pero
recordemos que el 4 de diciembre del año pasado nos pusimos como objetivo el
Congreso del próximo 28 de abril para avanzar con nuestra CTA-A hacia la
construcción de un nuevo modelo de libertad, democracia y autonomía sindical. Sin
abandonar la lucha, porque ya construimos el 15 de febrero y ahora, entre
todos, decidimos redoblar la apuesta en una nueva jornada nacional de lucha el
5 y 6 de marzo.

NOTICIAS RELACIONADAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

PERIÓDICO MENSUAL