El Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEP)
publicó un informe sobre la situación fiscal de las provincias, y revela que 19
de las 24 no cuentan con los recursos necesarios para financiar su gasto.
Río Negro es la más complicada (-18,3), le siguen Santa Cruz
(-16,7%) y Tierra del Fuego (-15,7%). La de Buenos Aires, en tanto, lidera el
déficit más cuantioso con un rojo de $34.773 millones, equivalente al 30% de
todas las provincias.
“El deterioro de las finanzas públicas provinciales es
explicado, en parte, por la transferencia de responsabilidad por la provisión
de servicios públicos de la Nación a las provincias sin la transferencia de
recursos operada durante la década del ‘90”, es la explicación que encuentra el
informe coordinado por Ana Rameri y Horacio Fernández.
Según el IDEP, los servicios públicos transferidos
–educación, salud, seguridad- contienen un intenso gasto salarial que alcanza,
en promedio, al 44% del gasto total de las provincias. Si se le incorporase el
pago de prestaciones sociales, ese porcentaje promedio alcanza el 55%. Santa
Cruz encabeza el ranking con el 81%, Chubut con el 76% y Neuquén con el 75%.
“Las provincias en conjunto presentan una baja presión
fiscal: los recursos tributarios propios representan en promedio menos del 5,9%
del producto bruto geográfico”, advierte asimismo el IDEP.
Esto explica que los recursos provinciales propios para
financiar el gasto alcance un promedio del 30%. Algunos casos son
paradigmáticos: las provincias de Formosa, La Rioja, Santiago del Estero, Jujuy
y Catamarca cubren con su recaudación sólo el 10% de los gastos.
El documento fue dado a conocer en simultaneidad con la
conferencia de prensa que ayer dio el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne,
para anunciar que durante el primer semestre el déficit primario -el resultado
de los ingresos y egresos del Estado nacional antes de contabilizar el pago de
la deuda- fue del 1,5% del producto bruto interno (PBI), 0,5% por debajo de la
meta prevista para el período. Pero si le sumara el pago de la deuda externa
que creció en un 70%, el déficit total alcanzó el 4% del PBI.
“Comienzan a evidenciarse los límites que tiene la dinámica
de reducir gradualmente el déficit fiscal apelando al endeudamiento, ya que una
parte creciente de los ahorros que se logren por la reducción del déficit
primario deben destinarse al pago de los servicios de la deuda, que justamente
se toma para hacer más gradual la convergencia al equilibrio fiscal”, evaluó
por su parte la consultora Ecolatina.
En un sentido similar se había pronunciado semanas atrás
Horacio Fernández del IDEP, en declaraciones a Canal Abierto: “El aumento de
los recursos no está permitiendo soportar el gasto. Esto tiene que ver,
fundamentalmente, con que el Estado dejó de cobrarle a ciertos sectores. Ha
eximido el pago de Bienes Personales, las retenciones han caído porque se dejaron
de cobrar a sectores como el campo y la minería, y el gasto tiene un
crecimiento fijo que en parte va de la mano de la inflación”.
Este informe fue publicado originalmente en Canal Abierto