Desde la Agrupación Felipe Varela de la ATE riojana, junto a trabajadora/es provinciales del CONICET; denunciaron que peligra la continuidad del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja (CRILAR).
El CRILAR, tiene su sede en Anillaco, y desde hace más de dos décadas viene contribuyendo no sólo al saber académico vinculado a la región, también ha sido un factor fundamental para la mejora en algunos emprendimientos productivos y el desarrollo de nuevos, lo que ha tenido un profundo impacto económico y social en diferentes departamentos de nuestra provincia.
En un comunicado difundido por la Agrupación explican que “desde hace años que se viene planteando a las autoridades del CONICET la necesidad de intervención en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja, más conocido como CRILAR. Se le ha pedido al CONICET, principal responsable y empleador de lxs trabajadorxs que se desempeñan en este instituto, que realice lo necesario para mejorar las condiciones laborales en el mismo. Y cuando hablamos de condiciones laborales, nos referimos en este caso a convivencia institucional”.
Sostiene además que “lamentablemente, lo poco que se ha hecho respondió siempre a una lógica vertical, de respaldo a la Dirección de turno, como si fuese algo “intocable”. Esto fomentó malestares, que fueron convirtiéndose en episodios de mala convivencia ambiente laboral, dentro y fuera del predio. El punto cúlmine ocurrió con una becaria que denunció violencia de género y acoso sexual por un miembro de la dirección del instituto, y cuya denuncia no sólo fue desoída por CONICET, sino fue utilizada como excusa para intentar perseguir y adoctrinar a investigadorxs, pares de la Dirección de turno, que simplemente expresaban ideas y miradas diferentes y apoyaron a la becaria violentada”.
Para la agrupación provincial “producto de una mirada elitista y verticalista nuestros reclamos son entendidos como desobediencia y desacato por el Dr Miguel Laborde, miembro del Directorio del CONICET y, uno de los responsables de los recortes en el sector durante el macrismo, y cuya mirada elitista, nunca le permitió entender lo que está pasando fuera de CABA. Esta miopía de ciertos dirigentes que permitió la desaparición del IIDEFAR, otro instituto de investigaciones científicas en Rosario, también por violencias en el ámbito laboral, pero sin aún jamás haber sido sancionado su ex Director el Dr. Fernández”.
Subraya el escrito que “hoy el CRILAR pasa por la misma situación, se sanciona a quienes levantan la voz para decir que algo no está bien, para opinar diferente, por solidarizarnos con una compañera violentada, en una institución académica donde debería primar el debate, y se privilegia el respaldo a una Dirección sin siquiera evaluar ni reflexionar sobre las razones de estas discusiones, encubriendo al victimario”.
También que “se replica un formato que viene de arrastre desde la dictadura de Lanusse con el Estatuto del CONICET, que más allá de las sanciones individuales, (son estrictamente punitivas y sin el debido y justo proceso), lo que hará en el mediano plazo , que una parte importante de lxs trabajadorxs abandone el CRILAR, incluso el CONICET, ante el maltrato injusto e injustificado que ejerce el organismo sobre sus empleados, ante la imposibilidad de opinar libre y abiertamente, tal y como debería primar en Democracia y, más aún, en el ámbito científico – académico”.
Por lo expuesto desde la Agrupación Felipe Varela entienden que “para el CRILAR, así como otros ámbitos, su continuidad y fortalecimiento en el tiempo están en serio peligro” y en ese marco exigen la nulidad de todo lo actuado por el CONICET y elevan un pedido para se realice un análisis justo, con perspectiva de género, sin prejuicios ni favoritismos, y que garantice las garantías del debido proceso de lxs trabajadorxs.