El proyecto
presentado es a todas luces inaceptable a raíz de las enormes inconsistencias
que desde el punto económico, político y fiscal presenta. En efecto desde los
supuestos macroeconómicos con que se elabora como en la estimación de recursos
y gastos que se presentan transforman al mismo en un dibujo alejado de
cualquier técnica presupuestaria.
Vale la pena
destacar que esta no es solo una particularidad de este proyecto. En efecto,
como se demuestra en el trabajo, la repetición de malos supuestos macroeconómicos
y deficientes estimaciones en gastos y recursos, desde el año
por consecuencia que el Poder Ejecutivo dispusiera de mayores ingresos por 1,3
billones de pesos y efectuara mayores gastos por 2 billones de pesos sin control
del parlamento. Todo esto amparado en los superpoderes que se delegan en el
Ejecutivo y que a través de Decisiones Administrativas de la Jefatura de
Gabinete o Decretos de Necesidad y Urgencia modifican constantemente el
presupuesto aprobado. Como referencia puede precisarse que durante el año 2014
se realizaron 46 modificaciones al proyecto aprobado y el actual cuenta ya con
27 modificaciones.
Precisando
algunas de las inconsistencias que se presentan este año, puede decirse que se
prevé que durante al año 2016 la inflación será del 14,5% y que la economía
crecerá un 3%, situaciones a todas luces inaceptables frente a un mínimo
análisis amparado en el sentido común. Con una tasa actual de inflación que
evaluada con seriedad se ubica prácticamente en el doble y una economía
estancada no se entiende como, sin políticas económicas diametralmente opuestas
pueden hacerse tales estimaciones.
Asimismo
cuando se estiman los incrementos en recursos y gastos se presenta pautas de
aumento interanual para los primeros de un 21% y para las erogaciones del 16%.
Ambas totalmente inconsistentes, en primer lugar porque si se proyecta un
crecimiento económico del 3% y una inflación cercana al 15% es inaceptable que
los recursos crezcan al 21%. Pero en cuanto a los gastos, si el incremento
interanual que durante el 2015 acumulan los mismos alcanza al 38% bajar ese
incremento a la mitad impone un ajuste fiscal de una magnitud realmente
llamativo. Con estos supuestos se proyecta un déficit para el próximo año de
$97.000 millones de pesos.
Es
importante destacar que tanto en las partidas para salarios, jubilaciones, y
beneficiarios de planes sociales se estiman solo incrementos por anualización
de las pautas escalonadas otorgadas durante este año. De estimarse para el próximo
año aumentos similares a los otorgados durante este año el déficit resulta más
del doble ascendiendo $222.724 millones de pesos, que prácticamente coincide
con el endeudamiento que tiene previsto el proyecto en cuestión.
En este
aspecto debe puntualizarse que el monto de endeudamiento para el que se pide
autorización, $247.000 millones de pesos o aproximadamente $23.000 millones de
dólares al cambio oficial mas allá de tirar por tierra el mito del
desendeudamiento, nos muestra que se está tomando deuda para financiar el gasto
corriente del Estado.
Asimismo
resulta pertinente destacar, haciendo foco en el gasto, que un incremento
nominal del mismo de 15,8% frente a una estimación realista de la inflación
esperada trae aparejada una contracción del gasto en términos reales de casi un
10%: Ajuste que se extiende a todas las finalidades del gasto fundamentalmente
para el caso Servicios Económicos (que incluye subsidios a las tarifas). Esta
reducción incluye el gasto social, rubro en el que todas las partidas presentan
reducción en términos reales, pero donde Trabajo, Vivienda y Urbanismo y Agua
Potable y Alcantarillado sufren disminuciones de tal magnitud que aún frente al
índice inflacionario dibujado que se propone representa un ajuste.
El trabajo
que se presenta incluye un detallado análisis de la evolución de las
principales partidas del gasto así como los efectos del ocultamiento de
recursos, gastos y resultados. Se incluyen también un análisis acerca del
tratamiento que la cuestión industrial, energética y la deuda tienen el
presupuesto bajo análisis dada la importancia que tiene en la actual coyuntura.
Podemos
asegurar que mas allá de la repetición de una política destinada a garantizar
la discrecionalidad en la asignación del gasto y recursos en manos del Poder
Ejecutivo, el proyecto actual profundiza una política de fuerte ajuste fiscal y
endeudamiento. Una política ya vista y sufrida por los sectores populares en
nuestro país.