Después que el gobierno, y
sus aliados, nos impusieran a lo Pirro la ley de Reforma Previsional que redujo
el ingreso de jubilados y jubiladas en diciembre pasado, el inicio de este año mostró
un nuevo impulso de los aspectos más regresivos de su política económica y
social.
Los despidos en el Estado se
generalizaron y, al mismo tiempo, se profundizó la instalación de la tercera
Reforma del Estado mediante el cierre de organismos como la fábrica de
explosivos FANAZUL, la parálisis y el vaciamiento de la mina y la usina de Río
Turbio o la transferencia de funciones del SENASA y del INTI al ámbito privado.
Representaban un nuevo embate
del gobierno de Cambiemos después del empantanamiento de sus políticas de
ajuste producido tras la histórica jornada del 6 de diciembre cuando ATE y la
CTA Autónoma, junto a distintas organizaciones de trabajadores, llenamos la
Plaza de Mayo.
O cuando fuimos capaces de
iniciar el año con un Paro con movilizaciones en todo el país el 4 de enero,
que reiteramos tanto el 15 de febrero como el 5 y 6 de marzo, esta vez junto a
las organizaciones docentes del todo el país, para sostener a nivel nacional cada
una de las respuestas que los compañeros dieron en los organismos del Estado como
en INTI, YCRT, Fabricaciones Militares, Hospital Posadas, Jefatura de Gabinete,
ANSES, SENASA, Ballet de Danzas y en los distintas provincias y municipios
donde hubo despidos.
De la misma manera que
acompañamos, junto a la CTA y la Federación Azucarera, la lucha de los
trabajadores del azúcar en una extraordinaria marcha de 300 kilómetros por
Salta y Jujuy uniendo los distintos ingenios que dan pelea y en cada lugar
donde ATE y la Central autónoma fuimos el canal de expresión de las acciones de
resistencia en todo el país para enfrentar esta ola de despidos en el ámbito
publico y privado.
De esa manera fuimos
coagulando una unidad que esperamos siga aportando a la reunificación del movimiento
popular en
para, no solo resistir y ponerle limites a este avance devastador de la política
neoliberal, sino también generar propuestas alternativas que nos permitan
vislumbrar la perspectiva de un cambio de gobierno y un horizonte mejor para el
conjunto de nuestro pueblo.
Nuestros valores
El asesinato por la espalda de
Rafael Nahuel a manos de la prefectura, aún sin responsables; el procesamiento
de los militantes movilizados contra la reforma provisional o el propio
Presidente de
felicitando al policía Chocobar y su gatillo fácil son muestras de cómo la justicia
y la propia democracia pueden llegar a convertirse en instrumentos formales de justificación de un estado de dominación como
el que nos quieren imponer, con una democracia desvirtuada, restringida y
violentada por el propio Estado.
Por eso el desafío no es solo
conformar unidad para enfrentar el ajuste sino que debemos ser capaces de
construir nuevas instituciones democráticas, avanzar en la libertad y la
democracia sindical y revertir una justicia hecha para ricos que empuja a gran
parte de nuestra juventud a la marginalidad o a la cárcel.
Si no tenemos la fuerza para construir
mecanismos de democracia participativa, la posibilidad de cambiar se va a ver
limitada porque el poder tiene la capacidad de cambiar a los personajes pero
manteniendo sus mismas políticas devastadoras para el pueblo.
Nuevos modelos sindicales
Es necesario construir un
nuevo modelo sindical basado en la libertad, la democracia y la autonomía,
valorizando las construcciones de las nuevas organizaciones sindicales y
sociales y a la nueva generación de dirigentes que desafían las viejas
estructuras.
acordar el proyecto de ley de reforma laboral aunque la lucha de los
trabajadores impidió que se trate en el 2017 y este año lo frenaremos
nuevamente si el gobierno vuelve a la carga.
También hubo otras jornadas
masivas de lucha como la del 21 de febrero, de la que no fuimos convocantes,
donde se demostró tanto la capacidad de rebeldía de nuestro pueblo como los
límites de quien la convocó en las propuestas alternativas y en la continuidad
de la lucha.
Todo esto es una demostración
de por que es tan importante discutir el sentido de la unidad para que estas
enormes y extraordinarias potencialidades de dignidad y capacidad de lucha de
nuestro pueblo no se desperdiguen sino que encuentre un cauce de potencia para
construir una alternativa sin repetir errores ni limitaciones del pasado
cercano.
Por eso es trascendente la
convocatoria a los congresos de
CTA
la oportunidad para abrir las puertas a las nuevas formas de organización de la
clase trabajadora, de ocupados y desocupados, de activos y jubilados, cuentrapropistas
y cooperativas que aporten a la construcción de un nuevo modelo sindical.
Un modelo donde se profundice
el debate y la participación, condiciones necesarias a la hora de recuperar un
instrumento tan esencial como la Central que supimos construir y debemos
reinventar.
Porque estamos convencidos de
que, frente a una situación de fragmentación del campo popular alentada por el
poder desde los últimos 14 años, podremos aportar desde una fuerte reafirmación
de los valores que le han dado sentido a la CTA Autónoma y a nuestra ATE:
autonomía, democracia y libertad sindical.
Luchas que son ejemplos
Todas las luchas que
protagonizamos son importantes pero quiero destacar tres que se distinguen por
su trascendencia. Por un lado, la lucha por la mina de carbón de Río Turbio que
representa la defensa del trabajo y el sentido estratégico de que el estado
sostenga una presencia productiva en áreas fronterizas y a 1.200 km de las
islas Malvinas ocupadas por Inglaterra y una base de
La lucha de los trabajadores
y trabajadoras del INTI que pelean por su derecho al trabajo y para resguardar un
órgano fundamental a la hora de promover la ciencia y la tecnología en manos del
pueblo y de un estado soberano, y al servicio de las pequeñas industrias
nacionales.
Y finalmente la lucha de las
mujeres contra el machismo y por los derechos plenos de igualdad entre genero,
uno de los emergentes mas importantes de la lucha popular en los últimos años,
que este 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, se manifestó en unidad con el
paro y las movilizaciones masivas en todo el país.
Estas son muestras del
fortalecimiento de nuestras organizaciones basadas en esos valores
fundamentales que mencionaba y representan la lucha de un pueblo por la libertad,
la justicia y la soberanía.
Es en esos valores en los que
nos alimentamos como parte nutriente de la fuerza de este pueblo que va a ser
capaz de sobrellevar esta barbarie que nos impone el gobierno de Macri y recuperar
la senda de valores y principios de una sociedad más justa que nos la dará el
fortalecimiento de las organizaciones populares y la profundización de una
democracia más participativa y más plena.