ATE

El sentido común y la experiencia nos enseña que si un
compañero/a  viene a trabajar siendo
portador de enfermedades contagiosas como gripe (incluyendo bronquitis,
faringitis, neumonías virales etc.) conjuntivitis (bacteriana o vírica),
tuberculosis, que son solo las más comunes, contagia a una gran parte de sus
compañeras/os.

Los bajos salarios, 
la precariedad laboral, los incentivos para no faltar (premios), junto a
otras presiones en el trabajo desarrollan dos 
fenómenos centrales que afectan la salud de las y los trabajadores, el
“presentismo” y el stress que suele derivar en otras manifestaciones como
depresión  y enfermedades de origen
somático como por ejemplo  los desordenes
digestivos o lumbalgias  entre otras
muchas.

El término “presentismo” deriva del término en inglés
"presenteeism". Se trata de un neologismo para designar un fenómeno
que a diferencia del ausentismo consiste en que los empleados a pesar de
encontrarse enfermos o con alguna lesión que los obligaría a ausentarse y pedir
licencia por enfermedad, se presentan a trabajar.

En las últimas décadas diversas investigaciones realizadas
concluyen que el “presentismo” afecta la productividad (nadie enfermo puede
rendir igual que si estuviera sano) y deviene en mayor ausentismo (al no
tratarse a tiempo la enfermedad y por el contagio a otras/os trabajadores).

Un informe de la Red Internacional se Salud y Seguridad
Ocupacional (compuesta por aseguradoras de riesgos del trabajo de Argentina,
Chile y Colombia) sostiene que el “presentismo” representa  en términos de costos económicos  entre 3 y 5 veces más que el ausentismo.

La enfermedad afecta tanto a la cantidad de trabajo como a
la calidad.  La incomodidad de los trastornos
gastrointestinales, común pero sufrida en secreto, de dolencias tales como el
síndrome del intestino irritable y la enfermedad de reflujo
gastroesofágico  es una distracción
persistente. La depresión causa, entre otras cosas, fatiga e irritabilidad, que
obstaculizan la capacidad de las personas para trabajar juntas. La artritis
dificulta el trabajo manual.

Este fenómeno está trayendo consecuencias económicas a nivel
mundial, por ejemplo en el año 2004 el Harvard Business Review informaba que en
Estados Unidos, las pérdidas anuales estimadas por “presentismo” superaban los
150 billones de dólares al año, costo que en términos reales sería mayor que el
originado por los trabajadores enfermos que permanecen en sus casas.

Investigadores han 
constatado que el costo económico del “presentismo”  es cuatro veces mayor que la del ausentismo o
inasistencia laboral atribuida a la enfermedad 
investigación de Hansen y Andersen, (2008).

En relación al “presentismo” y la salud mental, los estudios
muestran que la presencia de cuadros depresivos o trastornos del ánimo se
asocian positivamente al “presentismo” concebido como deterioro del desempeño
laboral (Burton, Schultz, Chen y Edington, 2008; Kessler et al., 2006).

Algunos hallazgos apoyan que el “presentismo” por enfermedad
antecede al ausentismo por la misma causa (Goetzel et al., 2009). Por ejemplo,
en un estudio se halló que el “presentismo” predecía dos y tres años después un
mayor riesgo de solicitar una licencia médica de mayor duración  (Bergstrom, Bodin, Hagberg, Aronsson y
Josephson, 2009). Bergstrom et al. (2009) encontraron que el número promedio de
días que los empleados asistían a trabajar estando enfermos era mayor que el
número promedio de días de ausencia por enfermedad. La interpretación que se le
dio a estos resultados fue que los empleados que padecían de “presentismo” por
enfermedad evolucionaban al ausentismo por ella.

Podemos decir que los factores clásicos de malestar como
alto estrés o demandas psicológicas en el trabajo, bajo control y autonomía del
mismo, así como liderazgo de baja calidad y falta de apoyo social de los pares,
son predictores del “presentismo” (Centro de Referencia de la Organización del
Trabajo y Salud, 2010; Karasek y Theorell, 1990; Saavedra, Fuentealba y Pérez,
2009). También se ha encontrado que son predictores del mismo la inseguridad
laboral la falta de apoyo de los supervisores, la insatisfacción en el trabajo,
la falta de confianza (Caverley, Cunningham y MacGregor, 2007).

La investigación denominada “la evaluación de las
condiciones de salud crónicas sobre el rendimiento laboral, la ausencia y el
impacto económico total para los empleadores” realizada por :Collins JJ , Baase
CM , Sharda CE , Ozminkowski RJ , Nicholson S , Billotti GM , Turpin RS , Olson
M , Berger ML ., para la empresa The Dow Chemical Company,( Midland, Michigan,
Estados Unidos) concluyó : “Para todas las afecciones crónicas estudiadas, el
costo asociado con la pérdida de trabajo basada en el desempeño o "presenteeism"
superó en gran medida los costos combinados de ausentismo y tratamiento médico
combinado”.

En EEUU, un informe realizado de forma conjunta por la
Sociedad para el manejo de recursos humanos (Society for Human Resource
Management) y la Sociedad para la Psicología Industrial y Organizacional
(Society for Industrial and Organizational Psychology-SIOP), titulado The
Bigger Picture of Employee Well-Being: Its Role for Individuals, Families and
Societies (Panorama general del Bienestar del Empleado: su rol en las personas,
las familias y las sociedades), realiza 
tal  como su título indica, una
revisión general de la literatura científica relativa al impacto sobre el
bienestar de los empleados a nivel individual, organizacional y social, y
ofrece una serie de recomendaciones dirigidas a empleadores y legisladores, de
cara a fomentar el bienestar psicológico y promover sus efectos positivos.    

Los resultados de una revisión cuantitativa basada en 228
estudios son especialmente reveladores (Goh, Pfeffer & Zenios, 2014): el
estrés laboral contribuye a aproximadamente 120.000 muertes al año -más que el
número de muertes por diabetes, Alzheimer o influenza.                                                                                                   
       Según  los datos, algunos de los estresores
específicos más identificados y relacionados con el desarrollo de problemas de
salud, serían la inseguridad laboral, el incremento en las horas de trabajo, y
los trabajos altamente exigentes (Zenios as quoted in Lynch, 2005).                                                                                                                   

El estrés contribuye al desarrollo de problemas psicológicos
(por ejemplo, depresión, ansiedad), físicos (por ejemplo, enfermedad
cardiovascular, obesidad) y de comportamiento (uso y abuso de alcohol). A su
vez, estos problemas resultan en una disminución de la productividad y en
mayores costos de atención de la salud. A este respecto, los estudios revelan
un 50% más en gastos de atención de la salud (Instituto Nacional de Seguridad y
Salud Ocupacional, 1999), cifrando los costos del estrés laboral en,
aproximadamente, 190 mil millones de dólares (unos 169.476.400 €) (Goh et al.,
2015).

Los estudios e investigaciones señaladas corresponden en su
mayoría a una visión de las patronales multinacionales, sin embargo estas dejan
en claro que trabajar enfermos, como así también presionados por las
condiciones de trabajo, genera consecuencias humanas y económicas negativas
para todos (inclusive para las patronales).

Las medidas impulsadas por CEOs del actual gobierno
demuestran que no persiguen el funcionamiento más efectivo del Estado o en su
defecto carecen de la capacidad necesaria para lograrlo. Tal vez los grupos
económicos a los cuales pertenecían simplemente los mandaron a ser parte de un
gobierno porque carecen de capacidades reales de administración una salida
elegante y sin pagar indemnizaciones.   

El trabajo en condiciones dignas, estables y donde se puede
conciliar la vida familiar, redunda en trabajo eficaz y productivo.

Orestes Galeano

ATE CDN

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