Todos juntos, para rendir un homenaje a nuestros compañerosasesinados y desaparecidos.
“Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando…”
Tal vez, lo mejor es justamente esto que estamos haciendo: reencontrarnos, después de tanto tiempo, construyendo una política de Derechos Humanos entre todos, organizando el trabajo por la memoria y por el futuro.
Nosotros, los que los conocimos, con quienes compartimos ideales y sueños de justicia, de cambio, de revolución, o sencillamente el vértigo de aquella época; con nuestros padres, madres e hijos; con sus familiares, que son también nuestros, con los que hoy habitan ATE y dan vida a la militancia sindical.
Porque nosotros, los que sobrevivimos, tenemos la obligación de mantener viva nuestra historia, la historia colectiva.
Recordar es un acto de voluntad, cuyo objetivo es el de incorporar nuestro pasado a nuestro presente; es un acto que nos permite reconocernos a nosotros mismos en diferentes épocas, con nuestros aciertos y errores, pero con nuestra integridad histórica.
Recobrar nuestra historia, recobrar nuestra identidad, es lo que decidimos hacer los que somos o hemos sido miembros de la Asociación de Trabajadores del Estado ATE.
Mientras adscribimos esto, leímos “la desmemoria de Galeano”, que nos dice: “El miedo seca la boca, moja las manos y mutila. El miedo a saber nos condena a la ignorancia, el miedo de hacer nos reduce a la impotencia, la dictadura militar y sus socios civiles, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos…
¿Quiénes somos y estamos en esta tarea?
Las y los trabajadores del Estado.
Las y los que dejaron la lucha sindical para militar en otros frentes populares.
Los que la persecución de la dictadura, impidió que siguieran en el gremio.
Los que partimos al exilio y regresamos.
Los que tuvieron que exiliarse en nuestro propio país.
Las y los compañeros que impulsamos las querellas por los desaparecidos de ATE y la lucha.
Estamos trayendo nuestras memorias dispersas para gestar la reconstrucción de la memoria colectiva de nuestro gremio, llevando el vacio histórico provocado por la represión brutal de la dictadura militar, pero también por los dicta blandos, el gatillo fácil, los sicarios del latifundio, las patotas de cualquier tipo como las mineras, pero no son los únicos.
NUNCA MAS NO TE METAS
POR NUESTROS COMPAÑEROS, MUERTOS Y DESAPARECIDOS, SIEMPRE PRESENTES!!!
Héctor Carrica, departamento de Derechos Humanos ATE – CDN